El plan de trabajo contempló dos líneas de acción: una orientada a mejorar los procesos internos de la compañía y la otra destinada a invertir en programas de conservación.
HSBC comenzó a promocionar prácticas ambientales entre sus clientes a través del lanzamiento de servicios verdes. Para ello, propuso la adhesión al envío de resúmenes mensuales vía e-mail y la obtención de pólizas electrónicas de seguros. Además, incorporó un rubro de “ecología” en el programa de beneficios, a través del cual los clientes podían acceder a productos ecológicos canjeando sus puntos acumulados. Los clientes que se sumaron a estas iniciativas ascienden a más de 173.000.
Paralelamente, la Fundación Vida Silvestre, con el apoyo de HSBC, trabajó en dos proyectos de conservación en dos regiones prioritarias de la Argentina: Península Valdés y El Gran Chaco. En la primera región, se aunaron recursos y esfuerzos para el desarrollo de la Reserva San Pablo de Valdés. Allí se realizaron tareas para preservar a los 1.000 guanacos, una de las especies en extinción.
“Como resultado de la adhesión de los clientes a los productos verdes y el compromiso de HSBC con esta causa, en Chaco se ha logrado la plantación de 18.000 árboles promoviendo acciones de desarrollo local con pequeños productores de la Región Chaqueña”, comentó Santiago Airasca, Head de Asuntos Públicos de HSBC Argentina. “Nos sentimos orgullosos de poder destinar esfuerzos y recursos a proyectos medioambientales con gran incidencia en las poblaciones de estas regiones”, concluyó.
HSBC Argentina continuará trabajando a través del desarrollo de programas medioambientales que reduzcan los impactos negativos del cambio climático en bosques, ciudades y personas.