En algunos tipos de tumores, el porcentaje puede oscilar entre el 80 y el 90% de los casos cuando el diagnóstico es oportuno y el tratamiento adecuado.
Desde hace unos años, la posibilidad de disminuir algunas de las secuelas que pueden dejar los tratamientos oncológicos está en estudio. Es sabido que la quimioterapia, dependiendo de la droga utilizada, o a la combinación de las mismas, su dosis y el número de ciclos en que se utiliza, puede causar daño en el ovario y en el testículo. Esto se hace más evidente y más notorio a medida que pasan los años, es decir, que las secuelas que pueden provocar en el funcionamiento de los órganos reproductores se incrementan de manera directamente proporcional a la edad de la persona. Esas secuelas, en la mujer, varían desde alteraciones en el ciclo menstrual, en la piel, en la libido, como así también pueden causar falta de menstruación en forma temporaria o permanente.
La radiación también actúa sobre los órganos reproductores, dependiendo del daño ocasionado, de la dosis, la localización y las características del tratamiento instituido.
En pacientes adultos y con pareja, la criopreservación de embriones es una alternativa para la preservación de la fertilidad previa a la quimio y/o radioterapia. La criopreservación de óvulos en forma lenta y la actualmente denominada “vitrificación”, que es un congelamiento
ultra rápido de los óvulos, que provoca la deshidratación de los mismos, se presentan hoy como alternativas válidas. Sus resultados en todo el mundo están demostrando que son realmente tratamientos muy promisorios y con alto porcentaje de embarazo.
La congelación de un trozo de ovario antes del tratamiento oncológico es una posibilidad en adultos y, hasta hace un tiempo, una de las pocas chances en las niñas. La utilización de medicación que anula la función ovárica durante el tratamiento quimioterápico también será utilizado, ya sea en niños o en adultos, y puede utilizarse también en conjunto con alguna otra técnica de preservación de la fertilidad.
En las niñas y en las adolescentes, la utilización de la medicación o la congelación de un trozo de ovario eran hasta hace un tiempo las únicas alternativas viables. En el año 2009, en la prestigiosa revista “Fertility and Sterility” se publicó un trabajo del departamento de hemato-oncología pediátrica de la Universidad Hadassah de Israel, donde pudieron obtener, de los trozos de ovario que para congelar de pacientes entre 5 y 20 años de edad, óvulos inmaduros que posteriormente fueron madurados en forma artificial para luego ser congelados.
De esta manera se ofrece utilizar dos técnicas de preservación de la fertilidad a la vez, y si posteriormente utilizan la medicación que anula la función ovárica durante la quimioterapia, estarían utilizando tres técnicas de preservación.
El primer recién nacido en la Argentina mediante una técnica de maduración invitro de óvulos fue una paciente del Dr. Ramiro Quintana el 23 de Agosto del año 2005. Este procedimiento se había realizado en el laboratorio del IFER dirigido por el Dr. Albero Balcarcel. Previo a este resultado, el grupo de PROCREARTE había trabajado en conjunto con biólogos del reconocido centro Dexeus de Barcelona en la maduración invitro de óvulos.
Preservar Fertilidad ha pasado a formar parte del área oncológica del Programa Maternity Bank de Procrearte.
PRESERVAR FERTILIDAD
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