LIDE Argentina llevó a cabo una nueva edición del ciclo virtual LIDE Debate, con la participación de cuatro presidentes y CEOs de marcas del mercado automotor.
El evento se desarrolló bajo el lema “Los aceleradores y frenos del mercado automotor: Factores claves para la recuperación del sector” y fue moderadopor Rodolfo de Felipe, presidente de LIDE Argentina.
“La pandemia ha comenzado a marcar el ritmo económico; todos estamos ansiosos y esperando – incluso más con las últimas noticias de la vacuna que se va a producir en Argentina – para ajustarnos al nuevo escenario pospandemia».
«Si hay un sector en el que la cuña fiscal, es decir, la diferencia entre lo que paga un consumidor final de un vehículo automotor y quien lo produce – el fabricante y su red de concesionarios –, opera de una manera gravísima, es en este sector».
«De este tema, que desacelera, que es un freno para la recuperación de la industria, y otros temas, vamos a hablar esta mañana con nuestros distinguidísimos invitados”, señaló de Felipe para dar inicio a la actividad.
El prestigioso panel del evento virtual estuvo compuesto por: Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina; Thomas Owsianski, CEO y presidente de Volkswagen Argentina; Adriano Merigli, presidente de VOLVO Trucks y Buses Argentina; y Martín Galdeano, CEO y presidente de FORD Argentina.
Martín Galdeano comenzó haciendo un resumen del efecto de la pandemia en Ford: “Esta situación nos obligó a cambiar muchas cosas. Entando en la pandemia aspirábamos a conservar nuestros recursos financieros para salir fortalecidos luego de la crisis, con el objetivo de seguir invirtiendo en el país y lanzando nuevos productos”.
“A partir del 20 de marzo dejamos de producir por sesenta días y el estrés que esa situación trajo a toda nuestra cadena de valor fue grande, por lo que debimos administrar la crisis y alinearla con la visión antes comentada”.
“En esos dos meses en que los empleados no asistían a trabajar, dedicamos el tiempo en la planta para rediseñar nuestros procesos y protocolos; se hizo un gran trabajo con mucho soporte del gremio, que incluyó la organización de las entradas, el uso del barbijo, el distanciamiento, y toda medida que tuviera como objetivo prioritario cuidar la salud de nuestra gente”.
“Lejos de estar quietos, esos días fueron de un trabajo muy intenso para readaptar las plantas y volver a producir. Muchas personas se presentaron como voluntarios para llevar a cabo acciones de RSE, como la producción de máscaras para hospitales, hecho que nos enorgullece.
En mayo volvimos a producir, y hoy todas las plantas de la región han vuelto a operar. Durante agosto estamos aumentando el ritmo de producción en un 65 por ciento.
“Al margen de la coyuntura, es importante no perder la visión a largo plazo de la industria automotriz. Para producir cantidad y calidad necesitamos importantes niveles de inversión que Argentina por sí sola no genera. Por lo que la industria se ha especializado y producimos uno o dos modelos.
La clave es cómo conservamos esa escala y cómo hacemos las reformas para mantener la competitividad: la carga impositiva es altísima, también lo son los costos de la materia prima y los costos logísticos. Trabajamos para abrir nuevos mercados de exportación de manera competitiva y un sector autopartista también competitivo en costos y calidad”.
“Veníamos trabajando muy fuerte en todo lo referido a transformación digital, y esta pandemia lo aceleró de manera increíble. Los procesos internos, como al análisis de datos para comprender mejor al cliente, es uno de los grandes temas que seguiremos abordando.
Por otro lado, el nivel de eficiencia del home office el altísimo, y ocho de cada 10 empleados prefiere seguir con esta operatoria.
Esto implica un cambio cultural, una modificación importante dentro de la dinámica actual, y eso no es sencillo de lograr como compañía”.
“Esta pandemia nos hizo enfocar en dos aspectos: administrar la coyuntura y seguir teniendo la visión de largo plazo, y continuamos con los mismos objetivos a nivel global y en Argentina.
Antes de la pandemia la industria estaba experimentando un cambio muy importante, como la incorporación de autos eléctricos y autónomos. Ese cambio radical sigue adelante, no se frenó por la pandemia, y en nuestro país continuamos trabajando en ello”.
Daniel Herrero dijo “La pandemia nos puso a prueba a todos y ha destacado una madurez muy grande en las interacciones entre la empresa, el sindicato y el Gobierno para poner en marcha la producción. En estos momentos el líder tiene que mostrar un norte y asumir las responsabilidades que eso conlleva”.
“Por cada persona que produce en una planta, son seis o siete en la cadena de valor, y para evitar el contagio es importante trabajar codo a codo con un objetivo común”.
“Hoy estamos trabajando con una eficiencia de producción de un 97 por ciento, con demanda importante en toda Latinoamérica.
Si el líder se mueve con un buen equipo, el argentino es especial para salir de esta crisis”, manifestó.
“Yo creo que de la pandemia salimos diferentes. En todos los mercados globales vemos una salida distinta en todos los aspectos, por lo general se vuelve recuperando fuertemente la venta de autos y el consumo de combustible también crece; es decir, esta crisis nos hizo volver a utilizar el vehículo privado.
«Desde el punto de vista digital, la situación nos hizo usar el sistema a full, por ejemplo, el esquema de venta digital está canalizando el contacto con los clientes de manera muy eficiente… y se va a quedar. En relación al trabajo remoto sucede lo mismo y hay que buscar los instrumentos correctos para regularlo, ya que -sin dudas- es algo que vino para quedarse».
“Desde el punto local hay que trabajar en la articulación de todos los sectores y avanzar muy fuerte en esa dirección. Hay mucho para hacer y la fabricación de pickups, en nuestro caso, lo demuestra. A veces uno no debe hacer todo de todo, sino especializarse. Las fronteras cada vez son más tenues y vamos camino a un comercio global».
“Creo que debe ser una industria de consenso y diálogo, trabajar juntos más allá de las marcas en pos del trabajo argentino. Uno no puede manejar la transformación que se viene sin tener en cuenta a toda la cadena de valor. El mundo camina hacia un proceso de transformación de autos autónomos, compartidos y conectados, y todos esos cambios debemos manejarlos en consenso para ser los mejores en algo y no mediocres en todo”.
“Este año fue una verdadera montaña rusa. Vivimos muchas cosas positivas a fines de 2019 y principios de 2020, pero a partir de marzo la pandemia cambió la situación con una contracción de ventas y producción del 40 por ciento, con las consecuencias financieras que eso conlleva”, comenzó Thomas Owsianski.
“En el mundo tuvimos ciento cincuenta plantas sin producción y un impacto enorme tanto global como localmente en relación a la liquidez de negocios.
Felizmente Volkswagen pudo retomar las operaciones en China muy rápidamente, y en Argentina lo hicimos con un estricto y exitoso protocolo de salud elaborado junto al Gobierno y al gremio”.
“El Presidente visitó la planta de Pacheco que está muy pronta a ser modernizada, y por otra parte, en Córdoba lanzamos una nueva caja de 6 velocidades 100 por ciento para exportación”.
“Nuestras inversiones en Argentina, en medio de este contexto, fueron de mil millones de dólares, lo que confirma el compromiso de Volkswagen con el país”.
“El foco cambio totalmente: antes de la pandemia las ventas digitales eran importantes, pero no eran la prioridad. Ahora es muy diferente y durante la cuarentena se realizaron muchos cambios, incorporando herramientas digitales y tecnología de última generación dotada de inteligencia artificial”.
“Este es un proceso global de transformación, con una marca centralizada en el cliente, más ágil y digital. Por ejemplo, la introducción de las gafas de realidad virtual y las pantallas touch en los concesionarios.
Los concesionarios son un factor muy fuerte de la marca, pero vamos a cambiar los procesos de venta y posventa, los cuales serán más digitales que en el pasado”.
“Pensamos que hay un potencial enorme en el segmento SUV que actualmente constituye un 14 por ciento de las ventas en Argentina, pero proyectamos que en cinco años ese número llegará al 35 por ciento o más.
Volkswagen tiene una oferta interesante de estos vehículos en Argentina, comenzando con el T-Cross, que ya es líder en el mercado, siguiendo con el Tiguan Allspace, el Tarek y el Touareg”.
“Argentina es el segundo mercado más grande de Latinoamérica en camiones y buses, y con ello quiero destacar su importancia”, fueron las primeras palabras de Adriano Merigli.
“Argentina hizo un cambio importante hace tres años, introduciendo más peso y potencia en las unidades para transportar más carga con menos camiones”.
“Aún así, el mercado tiene la necesidad de una renovación, porque un camión o un bus antiguo generan más costos de mantenimiento.
En ese sentido, el segundo semestre del año se ve con más optimismo, precisamente por la renovación de las flotas y la existencia de una brecha cambiaria que permite hacerlo con mayor facilidad. Además la actividad en el transporte regresa a niveles casi similares a los vistos antes de la pandemia”.
“Como dato no tan positivo debemos remarcar la incertidumbre en relación a la economía global regional y local”.
“El primer punto es reconocer que somos parte del problema: producimos camiones y buses que generan accidentes, y la tecnología viene a resolver los problemas que creamos. Estamos invirtiendo muy fuerte en Argentina para mejorar la seguridad y aspirar a “accidentes cero”, ya sea para prevenirlos en primer término, o evitar que produzcan víctimas fatales, por lo que nuestros camiones vienen equipados con el paquete más completo en seguridad.
La tendencia actual en buses y camiones apunta al motor eléctrico, aunque existe una transición hibrida con gas, hidrógeno y otras tecnologías.
En Argentina estamos analizando cuál será la matriz energética del país, para determinar qué cambios haremos y las inversiones que se necesitan.
Además, los camiones y buses eléctricos necesitan cierta infraestructura para operar, ya sean lugares de carga como el destino final de las baterías que vamos a utilizar para no generar un problema más como el daño al medioambiente”.
“El transportista presta mucha atención no sólo al precio, sino también a los costos por kilometro, el mantenimiento y el valor de reventa; mira toda la cadena.
Tenemos una red muy madura de concesionarios e intentamos estar cada vez más cerca del cliente y hablar el mismo idioma, comprender su necesidad. Hoy tenemos algunos clientes que cuentan con nuestro taller dentro de sus instalaciones. El cliente valora mucho esa cercanía.
Hace relativamente poco tiempo que estamos en Argentina, pero vinimos para quedarnos. Hace unos días realizamos una inversión de más de cincuenta millones de dólares; lo que demuestra ese compromiso.
Para finalizar, en relación a la implementación de vehículos eléctricos en el país, todos coincidieron en que las empresas están listas para implementarlos en Argentina, pero aclararon que se necesita la infraestructura necesaria para su funcionamiento.