Mediante un trayecto de postas, se recorrieron 50 km en ruta de asfalto y ripio entre las sierras, hasta llegar a la estancia donde se ubica la Capilla de Candonga. Una iglesia que data del siglo XVIII y aún conserva intactos los testimonios de la historia aborigen y colonial. Los agasajados disfrutaron de un paseo que combinó un lugar apacible con historia, un asado tradicional, y una conducción off road en un circuito diseñado por pilotos especializados.
{mosimage}La Freelander 2 en sus versiones de motorización 3.2 naftero y 2.2 TD4 diesel, demostró su excepcional capacidad off-road combinada con todo el lujo y el confort propios de un espíritu urbano para transitar en ruta.
«Una vez más Land Rover se acercó a sus clientes y tuvo la posibilidad de intercambiar directamente con ellos las apreciaciones y las opiniones que despierta la amplia gama de productos que actualmente ofrece la marca con la inserción de la nueva Freelander 2 en el mercado local», señaló Pablo Haase, Gerente de Operaciones de Land Rover Argentina.