Estudios realizados liderados por el doctor J Pekka Nuorti en el año 2000, demostraron que el tabaquismo se asoció con un riesgo 4 veces superior de enfermedad invasiva por neumococo, mientras que en los fumadores pasivos ese riesgo era dos veces superior. De hecho, fue a partir de esta situación y gracias a la efectividad de la vacuna contra neumococo de 23 polisacáridos para prevenirla, que se decidió incluir el tabaquismo como indicación de esta vacuna en adultos en la mayoría de las recomendaciones de vacunación antineumocócica.
Es por ello que quienes habitúan a consumir tabaco deben estar atentos a esta enfermedad ya que corren un mayor riesgo de padecerla.
La neumonía es la inflamación del tejido pulmonar causada por distintos agentes infecciosos, mayormente por bacterias y virus, y con menor frecuencia por hongos y parásitos. La denominada “enfermedad invasiva por neumococo” se produce cuando esta bacteria pasa a la sangre y a otras localizaciones profundas como las meninges u otros órganos. En esos casos la infección es más grave y se acompaña de mayor mortalidad.
Algunos de los síntomas de la enfermedad son la presencia de fiebre, la tos con expectoración, el dolor torácico y la falta de aire; aunque a veces pueden no presentarse todos estos signos en el paciente. En el caso de las personas de edad avanzada, es frecuente que la única manifestación sea una alteración del estado de conciencia y no haya fiebre.
Otros grupos de riesgo son los mayores de 50 años y en particular a partir de los 65 años cuando la tasa aumenta significativamente. De acuerdo a las últimas recomendaciones de la Sociedad Argentina de Infectología, los grupos de adultos que deben recibir la vacuna son los pacientes que presentan enfermedades cardíacas crónicas como insuficiencia cardíaca, enfermedades pulmonares crónicas incluyendo asma, diabetes, alcoholismo, cirrosis, aquellos pacientes a los que se les extirpó el bazo o dicho órgano no funciona adecuadamente, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, infección por VIH, enfermedades renales crónicas, leucemias, linfomas, otras enfermedades oncológicas, tratamiento con quimioterapia, trasplantes de órganos, radioterapia y corticoides.
En todos estos casos, se recomienda la aplicación de la vacuna contra el neumococo o antineumocóccica de polisacáridos de única aplicación, salvo en algunos casos determinados a evaluar por el médico que requieren una revacunación a los 5 años. En cambio, para los niños menores de 2 años se indica la vacuna antineumocóccica conjugada. Esta última vacuna también se indica, sumada a la antineumocócica de polisacáridos, a adultos inmunosuprimidos, con implantes cocleares y fístulas de líquido céfalo raquídeo.
A su vez, es muy importante considerar la aplicación anual de la vacuna antigripal; de hecho, la mayoría de los pacientes con indicación de vacuna antineumocócica tienen también indicación de vacuna contra la gripe. Esto se debe a que la neumonía puede presentarse como complicación de un cuadro de gripe o influenza ya que el virus de influenza facilita la colonización del epitelio respiratorio por bacterias como el neumococo y la aparición posterior de una neumonía.
Más allá de todas las medidas de prevención, para el fumador dejar de cigarrillo siempre es la mejor alternativa a la hora de corregir.
Dr. Pablo Bonvehí, Presidente Sociedad Argentina de Infectología