«La relación económica entre nuestros países se está volviendo más profunda y madura», dijo Leonardo Martínez-Díaz, secretario del Tesoro adjunto, en declaraciones en un foro celebrado el 5 de abril en la Institución Brookings, en Washington. Todos los socios participantes se beneficiarán de una relación más fuerte, dijo Martínez-Díaz. Para Estados Unidos, la reciente prosperidad económica de la región demuestra que los países de América Latina son «socios confiables y responsables». Para los gobiernos latinoamericanos, Estados Unidos representa el mayor mercado de consumidores de productos regionales, y la mayor fuente de capital potencial para ampliar y desarrollar las empresas regionales.
Los datos demográficos del Hemisferio Occidental constituyen una base importante de la relación, puesto que uno de cada seis estadounidense tiene lazos familiares con un país latinoamericano. La demografía económica de la región también la convierten en un socio comercial atractivo para Estados Unidos, según dijo Martínez-Díaz, ya que continúa la expansión del número de hogares de clase media con poder adquisitivo.
Las decisiones de política económica de los gobiernos latinoamericanos en los últimos años también le dan a la región «perspectivas prometedoras», según agregó el funcionario del Departamento del Tesoro. Calificó al emergente marco de políticas como «pragmático… de cosecha propia, y está siendo adoptado por gobiernos de todo tipo, tanto de la izquierda como de la derecha».
Martínez-Díaz comentó que las características de esta política regional son: la disciplina fiscal, la transparencia, la flexibilidad del tipo de cambio y las instituciones financieras bien reguladas y capitalizadas. Estas políticas crean un entorno de estabilidad financiera, pero que también viene acompañado de un impresionante crecimiento económico. Con el propósito de lograr el crecimiento, dijo Martínez-Díaz, los gobiernos están tomando decisiones inteligentes, al invertir en infraestructura, obedecer las reglas del juego en el comercio y al mantener la apertura de los flujos de capital.
En los últimos años se ha puesto en evidencia la astucia económica de los gobiernos latinoamericanos. Mientras que las economías más desarrolladas del mundo en Estados Unidos y Europa Occidental han ido saliendo poco a poco de la recesión con tasas de crecimiento lentas, las economías latinoamericanas han experimentado tasas de crecimiento de más del 3 y 4 por ciento.
Si bien existe un marco para el crecimiento y las perspectivas de futuro son buenas, Martínez-Díaz también citó posibles obstáculos al crecimiento, como por ejemplo la arraigada pobreza, la desigualdad de ingresos y el alto nivel de exposición de la región a los desastres naturales, en particular los huracanes y los terremotos.
El funcionario del Departamento del Tesoro prevé que los países del Hemisferio Occidental harán frente a un cambio fundamental en la naturaleza de su relación. Los gobiernos latinoamericanos están saliendo de un pasado como destinatarios de la ayuda y asistencia técnica para convertirse en socios de Estados Unidos, dijo. Vaticinó que los ciudadanos de comunidades de la diáspora pueden llegar a ser «agentes del cambio» en esta transición. En lugar de enviar remesas a familias en sus países de origen, los habitantes de Estados Unidos nacidos en América Latina podrían convertirse pronto en los inversores de empresas que operan de modo transfronterizo, dijo Martínez-Díaz.
Estados Unidos seguirá apoyando a los países que tienen políticas que promuevan la estabilidad económica y brindará asistencia técnica en esos esfuerzos. Martínez-Díaz dijo que Estados Unidos tiene la intención de trabajar más estrechamente con instituciones regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Central del Caribe Oriental.
Agregó que los Departamentos del Tesoro y de Comercio de Estados Unidos también realizarán mayores esfuerzos para involucrar al sector privado estadounidense en las oportunidades de crecimiento económico en América Latina.
La Sexta Cumbre de las Américas está programada para el 14 y 15 de abril, con el tema de «Conectando las Américas: socios para la prosperidad». Según dijo el anfitrión de la cumbre, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, el propósito del encuentro es «ser un escenario ideal para llegar al resto del mundo con una sola voz, transmitiendo un mensaje de unidad y oportunidades a la comunidad internacional».