Don Roberto, que es berazateguense por adopción, dijo emocionado: «Tengo 90 años y muy buena salud. No sé si Dios me está esperando allá arriba o no me quiere y prefiere que me quede con todos ustedes. O tal vez tiene miedo de llevarme al cielo y que eche a perder a todos los angelitos”, afirmó con el humor que lo caracteriza.
El cumpleaños de la “Leyenda” del golf se desarrolló en el contexto de la exposición “El Lenguaje Gráfico de Picasso”, una muestra del artista español que se presenta este año por única vez en Buenos Aires. Entre los presentes, se destacó la presencia del periodista deportivo y amigo personal del «maestro del golf», Guillermo Salatino; el Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación , doctor Juan José Mussi; el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi; y el Secretario de Cultura, Federico López.
El agasajo fue organizado por el Municipio de Berazategui, quien ya lo había homenajeado el año pasado con una estatua de su figura, a tamaño real, realizada con bronce producto de miles de llaves que donaron los propios vecinos de la ciudad; un museo del golf y un gimnasio municipal, con capacidad para casi 10 mil personas, ambos denominados con el nombre del máximo exponente del golf argentino.
Fueron cerca de 500 las personas que hicieron silencio en el salón para escuchar sus cálidas palabras: “Es un placer estar con amigos sinceros y desinteresados. Con una gran familia: mis hijos, que son bastante buenos pero podrían ser mejores –murmuró De Vicenzo, logrando la risa de los presentes-; y mi señora, que me acompaña desde hace 67 años y jamás le fui infiel”, subrayó el Maestro en un tono de confianza.
“Estoy contento y agradecido de estar aquí con ustedes y festejar mis noventa años. Generalmente la gente de los pueblos te saluda, te aprecia, te quiere, pero no llega a más que eso. Y yo he pasado esa línea, ya que me están festejando desde hace años, y no solamente por mi cumpleaños, con un interés que es personal de cada uno. Y eso es lo que me da ánimo para seguir viviendo”, finalizó con lágrimas en las mejillas el mejor jugador del golf de la historia mundial.
Por su parte, Guillermo Salatino, expresó: “Roberto se dio el gusto de salir de lo más bajo y llegar a lo más alto, con esfuerzo, pero por sobretodo con honestidad, y por eso a los 90 años está lleno de amigos”. Asimismo recordó una de las frases que, según él, describen la personalidad de Don Roberto: “Cada vez que yo le preguntaba si él creía en la suerte, me respondía que sí, y que cuanto más practicaba más suerte tenía. Eso demuestra su sabiduría”.