Convocaron al gerente de Andreani, Fabián Yannone, al abogado laboralista Raúl Pastoriza y al economista Abel Viglione para analizar cómo están impactando en las empresas del sector los fuertes aumentos de costos, que el año pasado crecieron más de 25 por ciento, según la Cámara de Operadores Logísticos (CEDOL). También se abordó la imposibilidad de trasladar esas subas a las tarifas, como consecuencia de la política antiinflacionaria definida por el Gobierno. Y las perspectivas, a poco de comenzar las negociaciones paritarias con el sindicato de camioneros.
José Luis Losada, tesorero de ARLOG, inició la jornada con algunas cifras que dieron el marco apropiado para el debate. Señaló que los costos logísticos, por tradición, promedian un 7 por ciento de la facturación de una empresa. Pero aclaró que el año pasado “aumentaron alrededor de 25 por ciento”. Y que “los operadores sólo pudieron transferir entre 15 y 20 puntos de esa suba”, como consecuencia del “difícil contexto” propiciado por la política antiinflacionaria del Gobierno, que se basa en acuerdos de congelamiento de precios por un año con las empresas.
Para completar su detallado panorama inicial, previo a la participación del resto de los disertantes, Losada indicó que en el corriente mes se prevé el inicio de las discusiones paritarias con el sindicato del sector. Al respecto, aventuró que “si se llegara a incrementar en un 15 por ciento el costo de la mano de obra, eso tendría un impacto de 5 puntos en los costos logísticos”.
A continuación tomó la palabra Fabián Yannone, gerente comercial de Andreani Logística, quien aseguró que la discusión “no nace con la fijación de precios, sino que se viene arrastrando desde el 2002. La suba de costos logísticos desde enero de ese año fue, según CEDOL, del 192,71 por ciento, y, según FADEEAC, del 224,50 por ciento”. Al mismo tiempo, indicó, “la evolución de las tarifas fue, en promedio, del 100 por ciento”.
Sin embargo, lo más interesante de su exposición correspondió a sus recomendaciones a la hora de enfrentar la situación. Y más porque las enumeró como acciones concretas de su compañía. “Resistimos con productividad, selectividad, escala, complementación de servicios, compromiso con el rol e inteligencia”, señaló. “Creo que este tema no se resuelve resistiendo paritarias y decisiones políticas, sino que la solución la debemos encontrar en el sector, no afuera”, siguió. Y afirmó que los operadores logísticos “deben tercerizar con responsabilidad civil, social, legal y comercial”, en alusión a las empresas que emplean a proveedores cuyos choferes, en este caso, no figuran en ningún registro formal.
El reconocido laboralista Raúl Pastoriza anticipó en su exposición nuevos conflictos entre la actual Federación Nacional de Trabajadores Camioneros y Obreros del Transporte Automotor de Cargas, Logística y Servicios y otros gremios, ya que “el sindicato de camioneros intentará abarcar empresas de otro tipo de servicios, industriales y comerciales, que incluyen tareas logísticas en su mecánica”. De hecho, anticipó que “buscará acaparar obreros de los ferrocarriles, aduciendo que la logística también está presente en ese medio de transporte”.
Pero lo más jugoso de su charla pasó por los pronósticos. El experto en derecho del trabajo calculó que la negociación con los camioneros durará “aproximadamente tres meses. Están esperando el acuerdo de precios para determinar los salarios de los convenios colectivos”. Y finalmente estimó que “las pretensiones de Hugo Moyano (el actual secretario general de la CGT y ex líder del gremio de camioneros, actualmente conducido por su hijo, Pablo Moyano) no bajarán del 40 por ciento del salario vigente”.
Por último fue el turno de Abel Viglione, economista de Fiel, quien se refirió a las expectativas inflacionarias y a las políticas del Gobierno para tratar de frenar los aumentos de precios. “El mayor problema que enfrenta la Argentina es la inflación y, en consecuencia, la indexación. Por eso aparece esta política de precios del Gobierno”, afirmó, tajante. Al respecto, juzgó que “la política fiscal luce inapropiada para mantener la tasa de inflación por debajo del 10 por ciento anual”.
También señaló puntos, a su entender, “graves” como “la distorsión de los precios de la energía, que están bien por debajo de los costos de largo plazo, y del petróleo, desenganchado de los precios internacionales mediante las retenciones a las exportaciones”. “La nafta y el gasoil (insumo clave para el transporte) siguen ese patrón -completó-, con una retención menor. Sin embargo, están entre 30 y 50 por ciento por debajo de los valores de los países vecinos.”
Como conclusión, Viglione aseveró que “explicar el aumento de precios de un mes porque suba la carne, los lácteos o la yerba mate (como hace el Gobierno) es estar desorientado. Los precios están subiendo en forma generalizada. Tener políticas expansivas en la parte fiscal, monetaria y salarial, junto con políticas de precios para contener la inflación, puede ser una estrategia exitosa en el corto plazo, pero no a largo plazo”.