Las últimas cifras mundiales disponibles señalan que el cáncer colorrectal (CCR) produjo 700 mil muertes y 1,3 millones de nuevos casos en un año. Y si bien históricamente era más frecuente en mayores de 50 años, en varias partes del mundo se observó que cada vez afecta más a los adultos jóvenes.
Sin embargo, la mortalidad podría ser mucho menor, ya que 90% de los pacientes con cáncer de colon se pueden curar si se detectan precozmente. Por esta razón el 31 de marzo, Día Mundial de Concientización sobre Cáncer Colorrectal, todos los esfuerzos se concentran en conocer la enfermedad, sus síntomas, la forma de prevenirla y los estudios de detección necesarios.
Según el Argentina el cáncer colorrectal es el segundo tipo de cáncer más frecuente (11,8% de los casos), después del cáncer de mama (16,8%), y el segundo más mortal: en 2014 causó más de 7 mil fallecimientos.
Como es uno de los tumores que más se pueden prevenir, la realización de controles médicos es imprescindible después de los 50 años. La Dra. Ana Cecilia Adur, médica de Planta de la Unidad de Tumores Gastrointestinales del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, señaló que «los estudios disponibles para la detección temprana son el test de sangre oculta en materia fecal, la colonoscopia, la sigmoidoscopia, el colon por enema y la colonoscopia virtual. La edad aconsejable para iniciar los estudios es a los 50 años, aunque no tenga síntomas. Es importante tener en cuenta que esto puede variar en caso de antecedentes familiares o personales de cáncer de colon o de pólipos, siendo necesaria la realización de estos estudios en edades más tempranas».
El test de sangre oculta en materia fecal debería ser rutinario en hombres y mujeres de 50 a 75 años.
La médica explicó que, aunque la edad más frecuente de diagnóstico es después de los 50 años, «hoy en día se observa una tendencia a ser diagnosticado en pacientes más jóvenes acorde a la descripto en otros países. Si bien es necesario realizar investigaciones para poder explicar esta tendencia en pacientes jóvenes, es probable que el estilo de vida, como son los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, el exceso de peso y el bajo consumo de fibras, sean parte del problema».
El cáncer colorrectal (o cáncer de colon) comienza por lo general con pólipos (adenomas) en la pared intestinal que se pueden extirpar antes de que se conviertan en cáncer. Muchas veces no presenta síntomas. Si no se detecta, puede avanzar y diseminarse hacia ganglios linfáticos u órganos como el hígado o el pulmón, lo que se conoce como cáncer colorrectal metastásico (CCRm).
Lamentablemente, la mayoría de los pacientes llega a la consulta en esta fase avanzada de la enfermedad, cuando el tratamiento es mucho más complejo y con peores probabilidades de curación.