Topper inaugura su local “emblema” en plena Avenida Santa Fe

Tanto sus contenidos, como lo expresivo de su arquitectura y lo vanguardista de ciertas instalaciones artísticas desarrolladas en su interior sorprenden visualmente al público y le confieren al edifico originalidad y una gran diferenciación formal.

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Para ello se han desarrollado recursos escénicos, lumínicos y audiovisuales que expresan de una manera explicita el concepto de que en “Topper todo está en juego”.

Por eso, a partir de ahora los locales Topper están vivos: laten, palpitan, respiran, se estremecen, se emocionan.

En la Avenida Santa Fe, detrás de la coraza tecnológica que envuelve al edificio, asoma un estilizado y artístico corazón que palpita a toda hora, estableciendo un expresivo contrapunto entre la solidez de la avanzada cubierta arquitectónica y sus formas orgánicas cinéticas.

Se trata de una escultura neumática en movimiento que se dilata y se contrae y que emana una luz intermitente y sincrónica con los latidos, proyectada hacia el exterior a través del volumen del corazón.

Dichos latidos tiene su expresión sonora característica. Los ecos del pulso cardíaco, recreado artísticamente, son reproducidos en sincronismo con la luz y el movimiento, por todo el ámbito.

Los locales son atravesados por un sistema de tubos y líneas luminosas que recorren muros y solados. Es el “sistema nervioso”, que se pone iridiscente con el impulso y la energía del corazón de Topper reforzando el la idea de la vitalidad del edificio.

Completando esta atractiva instalación lumínica desarrollada en los sectores de exhibición y venta; una serie de maniquíes se manifiesta para establecer el vínculo entre el concepto expresivo y el resultado de ese concepto: los productos Topper.

Estos maniquíes son instalaciones pictóricas y lumínicas realizadas, una a una, por un artista plástico argentino con las técnicas de expresionismo abstracto: “action painting” y “dripping”. Combinación de técnicas, desarrolladas por el célebre artista americano Jackson Pollock. Consiste en dejar chorrear o gotear la pintura directamente sobre el lienzo o, en este caso, sobre el cuerpo de los maniquíes.

Es que, basados en el prestigio y posicionamiento de la marca, como así también en sus particulares rasgos iconográficos y comunicacionales, el local fue concebido y diseñado acorde a tendencias arquitectónicas y visuales contemporáneas y estéticas que remitan a conceptos internacionales de avanzada.

Así el consumidor disfrutará en su interior, de sensaciones y experiencias inéditas que lo relacionarán de una manera emocional y vivencial con el producto.

El desarrollo creativo y la arquitectura expresiva de estos nuevos conceptos e instalaciones que se aplicarán, tanto en el nuevo local Topper de la Avenida Santa Fe como en los futuros locales de la marca, fueron desarrollados por un equipo integrado por los Arquitectos Daniel Brandimarte, Juan Pablo Peppino, el artista plástico Pablo Berra, el asesoramiento creativo de Héctor Berra y la dirección del Arquitecto Gustavo Borlasca.