La autoestima se va formando a lo largo de la niñez, etapa en la cual el niño compara su yo real con su yo ideal (inculcado por los agentes de la cultura a la cual pertenece: padres, familia extensa, escuela) y se juzga a si mismo de acuerdo a si ha alcanzado los estándares sociales y si cumple con las expectativas que se ha formado de sí mismo. Es un conjunto enorme de impresiones, evaluaciones y experiencias que reunidos y de acuerdo a cómo se ve a sí mismo la persona, producen sentimientos de valía o de frustración por no ser lo que esperábamos.
La relación entre autoestima y emociones es de un feedback continuo. Por un lado cuánto más te autovalores y te aceptes a vos mismo, mayor consistencia interna tendrás y tus emociones fluirán más reguladas y acompasando los acontecimientos aún los negativos. Al mismo tiempo emociones negativas se activan cuando percibimos lo que tenemos enfrente como amenazador. Y cuán amenazador lo percibimos depende de cuán fuertes (o asertivos, o capacitados) nos conceptualizamos a nosotros mismos para enfrentar esa amenaza. Si nos percibimos lo suficientemente fuertes, el organismo no entra en Modalidad Urgencia (alto estrés, defensas activadas, conductas de lucha-huida). Si la percepción que tenemos de nosotros mismos es la de alguien débil, incapaz, sin recursos. La situación si es evaluada como amenazadora y dispara conductas ansiosas, depresivas o agresivas como un intento de controlar la situación (con las consecuencias que el desplegar esas conductas traería sobre la calidad de las interacciones con los otros, inclusive). En síntesis, a mejor autovaloración, mejor manejo de las emociones negativas.
Ocho consejos para mejorar nuestra autoestima:
- Convertir lo negativo en positivo:nunca pierdas las ganas de pensar en positivo, invertí todo lo que parezca mal o que no tiene solución. Los pensamientos negativos: «No hables», «¡No puedo hacer nada!», «No esperes demasiado» pueden ser reemplazados por «Tengo cosas importantes que decir», «Tengo éxito cuando me lo propongo», «Haré realidad mis sueños».
- No generalizar: no generalizar a partir de las experiencias negativas que podamos tener en ciertos ámbitos de nuestra vida. Debemos aceptar que podemos haber tenido fallos en ciertos aspectos; pero esto no quiere decir que en general y en todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”.
- Centrarnos en lo positivo:debemos acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta cuando nos evaluemos a nosotros mismos.
- Hacernos conscientes de los logros o éxitos:una forma de mejorar nuestra imagen relacionada con ese “observar lo bueno” consiste en hacernos conscientes de los logros o éxitos que tuvimos en el pasado e intentar tener nuevos éxitos en el futuro. Por ejemplo: pensar en el mayor éxito que ha tenido durante el pasado año. Reconozca en uno mismo la capacidad de hacer cosas bien en determinados ámbitos de su vida y que debe esforzarse por lograr los éxitos que desea para el futuro.
- No compararse:todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seremos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos ni que, nos sintamos “inferiores” a otras personas.
- Confiar en nosotros mismos: confiar en nuestras capacidades y en nuestras opiniones. Actuar siempre de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, sin preocuparse excesivamente por la aprobación de los demás.
- Aceptarnos a nosotros mismos:debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.
- Esforzarnos para mejorar: una buena forma de mejorar la autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos, cambiar esos aspectos que deseamos mejorar. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.
En Instituto Sincronía contamos con talleres para trabajar la autoaceptación, vinculando este concepto al trabajo con las emociones. El objetivo es el de descubrir y optimizar el uso de nuestros recursos y conectarnos con las emociones más profundas que son las que nos conectan con nuestra sensación de valía personal. A la vez desarticulando las creencias distorsionadas o poco realistas que nos devalúan y las emociones autoagresivas y devaluatorias que han sido cultivadas dentro de nuestra educación o nuestras experiencias de vida. Buscamos construir una autoestima sólida y lograr cambios en la estructura emocional que perduren y lleven a una vida más plena y consciente.
Lic. María Gabriela Fernandez (MN 17735)
Instituto Sincronía
Especialistas en estrés, ansiedad y emociones
Acerca de Instituto Sincronía:
Luego de quince años de desarrollo en el tratamiento de la ansiedad y el estrés desde Hémera, la Licenciada Mirta Dall´Occhio integra los nuevos avances en terapia de tercera generación. Al Innovar y ampliar de manera específica el abordaje sobre las emociones humanas, la mirada y los recursos crecen. Hémera evoluciona transformándose en el Instituto Sincronía, con el objetivo de seguir ayudando a las personas a recuperar el balance y la vitalidad. Restableciendo el movimiento creativo y saludable, integrando la mente, el cuerpo y el ambiente de un modo superador. Entrenando a los profesionales de manera práctica y actual, contribuyendo desempeñar su rol con excelencia.
Sabemos el impacto que el estrés tiene en la vida cotidiana. Las tensiones y preocupaciones se tornan excesivas, irrumpen interfiriendo en el desempeño de las actividades sociales, familiares, laborales y académicas. Impactan de manera negativa en la salud de la persona y su entorno. Constituyen trastornos que hacen necesario aplicar tratamientos específicos. El objetivo que proponemos está centrado en la recuperación sustentable de la persona afectada. Esto se logra mediante la comprensión cabal de las causas. Mediante la confianza en los nuevos recursos que provean cambios emocionales, corporales, mentales y de comportamiento. Recuperando la capacidad de elegir, saliendo de los automatismos limitantes. En el Instituto Sincronía somos un equipo de profesionales capacitados para evaluar y llevar a cabo tratamientos focalizados específicamente en los problemas relacionados con el estrés, la ansiedad y otras emociones desreguladas.
Los valores y la destacada formación y compromiso que compartimos en nuestro equipo de profesionales y consultores hacen posible una indicación precisa de los tratamientos. Trabajamos juntos confiando que la salud y vitalidad se educan, se pueden recuperar, y se aprenden a cuidar.