Los delitos cibernéticos son cada vez más usuales, nos encontramos en la era de la información y los datos son, hoy en día, la mercancía número uno para los hackers. En este sentido, las empresas trabajan arduamente para contratar herramientas y proveedores que les brinden seguridad informática: detectar amenazas, desactivarlas y proteger la información propia de la compañía, de sus colaboradores y de sus clientes es mandatorio para no perder dinero, reputación y credibilidad.
Más allá de todos los instrumentos tecnológicos que se puedan aplicar, el eslabón más débil de la cadena de custodia de los datos somos las personas y no tiene que ver con malas intenciones sino con la falta de conciencia respecto que los funcionarios de las empresas también somos activos desde el punto de vista de la información.
En esta línea, el área de Recursos Humanos es un departamento de suma importancia para trabajar sobre la prevención y la adopción de prácticas que ayuden a mantener los datos que la empresa gestiona en un ámbito de confidencialidad.
Las campañas de Recursos Humanos ayudan a los colaboradores a entender que los datos tienen mucha relevancia y para personas mal intencionadas son un activo irresistible y una moneda de cambio. También, establecen prácticas seguras al momento de usar redes sociales personales: cómo evitar publicar sin querer, qué tener en cuenta si nos sacamos una foto en el ámbito laboral, qué actividades se pueden hacer públicas y cuáles no.
En cuanto al uso del correo electrónico, recordemos que el phishing sigue siendo el modus operandi más efectivo para cifrar los datos y obtener el control de acceso a ellos, sin que el receptor del correo esté al tanto.
En la interacción social, cara a cara, el departamento de RRHH nos alerta sobre cuidar los comentarios que hacemos en espacios públicos o en presencia del staff de la empresa que quizás no tiene que compartir la misma información que nosotros y, además, nos enseña métodos sobre cómo compartir y transportar los datos de manera segura.
Siempre prevalece la creencia que las personas somos buenas y confiables pero en materia de seguridad de la información, es preferible desconfiar y ser muy celosos del resguardo de esa información.
Si bien las soluciones tecnológicas, los centros de monitoreo, los proveedores que nos ofrecen barreras para evitar poner en riesgo nuestro mayor activo son indispensables para su protección, el sector de recursos humanos juega un rol fundamental y se establece como la primera barrera para evitar que nos roben, comprometan o secuestren nuestros datos.