Ricoh Argentina incorporó un nuevo servicio de impresión de libros en su planta de producción ubicada en Victoria, uno de los mayores centros productivos de la Argentina, que imprime mensualmente más de 40 millones de imágenes. En tan solo un mes de iniciado el servicio ya se alcanzaron a fabricar 20 mil libros.
El procedimiento contempla desde el procesamiento de los archivos digitales hasta la obtención del producto físico listo para ser distribuido, incluyendo los números de ISBN que tiene cada uno y las directivas específicas de cada editorial. En una jornada de 8 horas se logran imprimir, cortar y encuadernar un promedio de entre 600 a 1000 libros.
«Desde Ricoh nos proponemos entregar las mejores experiencias posibles, integrando personas, procesos y tecnología. Con más de 40 años de presencia en el mercado argentino la compañía se ha ido transformando completamente, incluyendo la automatización y la personalización de los servicios que mejoran la experiencia del cliente”, dijo Ricardo Janches, Gerente General de Ricoh Argentina.
El proceso comienza en el sector de producción donde se analizan los contenidos de los archivos digitales. Luego pasa a la zona de trabajo en la planta con la impresora IP5000 encargada de imprimir los interiores de los libros, de acuerdo con las especificidades técnicas de cada orden de trabajo emitida.
“En general las editoriales trabajan con diversos formatos de libros. Estos pueden variar dentro de cada orden de trabajo. Puede haber títulos con tapas de distintas formas (con o sin solapas) y diversos gramajes. Las tapas (a diferencia de los interiores) llevan un laminado especial que puede ser brillante o mate. En cambio los interiores de libros (también llamados tacos) se imprimen en papel obra (blanco) o de color ahuesado (de 65 a 90grs) y con anchos de bobina que van de 41 a 50,5 cm”, señala Pablo Sebastián Fernández, Coordinador del Customer Experience Center de Ricoh.
Una vez que el libro está impreso, y luego de haber pasado por la línea de corte offline, donde se separan los interiores de los libros, el material se dirige al sector de encuadernado. Dicho sector cuenta con dos encuadernadoras, laminadora de tapas y una guillotina automática que corta con precisión las medidas adecuadas de los papeles a utilizar.
La Ricoh PRO7200 con un quinto color es el equipo que hace el ajuste específico del color con un gramaje entre 60 y 350 gramos. Este equipo es el que se utiliza para imprimir tapas y algunos interiores de gramajes elevados. La Ricoh PRO7200 es fundamental para las colecciones de los libros donde se tiene que mantener el mismo estilo, sin que se modifiquen las tonalidades de colores.
“A diferencia de otros documentos, el libro necesita tener alta calidad de impresión y nitidez en cada detalle (textos y fotos). La diversidad de títulos es enorme y requiere especificaciones concretas que varían según cada editorial. El encuadernado de los ejemplares debe ser exacto y preciso, ahí no puede haber fallas, es por eso que los controles de calidad a realizar son muy minuciosos, ya que cada unidad debe salir de la línea de producción en óptimas condiciones para su entrega final. Es un gran desafío para nosotros, ya que el procedimiento exige la perfección absoluta para satisfacer las demandas de nuestros clientes” explica Fernández.
«Desde su inicio en el año 2000 el Customer Experience Center de Ricoh, ha ido variando en el equipamiento y los servicios que ofrece. Allí no solo se realiza impresión comercial y digital sino también impresión transaccional, impresión a terceros, servicios especiales y continuidad operacional. Tiene una capacidad de impresión mayor a 40 millones de documentos mensuales. Entre los principales clientes se encuentran bancos, empresas de consumo energético a nivel nacional, tarjetas de crédito, servicios públicos y todo tipo de papelería de alta calidad de impresión. Suma ahora a su oferta el hecho de poder hacer libros, un servicio inédito que se logra de punta a punta», finalizó.