Por Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting
En el mes de Marzo, al inicio de la cuarentena y luego de efectuar pruebas en nuestro laboratorio concluimos que los algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) experimentan fallas debido a los cambios de comportamiento de las personas ocasionados por coronavirus e impactan en sistemas como los del reconocimiento facial, que fallan o no funcionan.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) advirtió sobre este fenómeno días atrás, al igual que compañías globales han confirmado que estos problemas también se han registrado. Todo algoritmo de IA basa su ‘inteligencia’ en los datos que fueron usados para su entrenamiento. En el caso de los mecanismos de reconocimiento facial, estos se han entrenado con imágenes de caras completas y las imágenes de las bases de datos contra las que contrastan contienen caras descubiertas, por lo que el uso de barbijos como protección frente a la Covid-19 implica problemas.
Los inconvenientes afectaron también a los iPhone y su desbloqueo facial «Face ID», que no funciona con barbijo. Por ello, la última versión de su sistema operativo móvil, iOS 13.5, ha comenzado a mostrar automáticamente la pantalla de contraseña. Si no querés dejar de usar el Face ID, hay una solución específica para grabar tu cara con barbijo; por default esto no es posible si tenemos la cara tapada, no podremos registrar nuestro rostro. Pero existe una forma de «engañar» al Face ID, no obstante, esta solución no es segura ni recomendable.
Pero no es el único desafío que enfrenta esta tecnología, Amazon prohibió a la Policía el uso de Rekognition, su herramienta de reconocimiento facial, durante un año, después de las protestas contra la brutalidad policial tras la muerte de George Floyd, lo mismo ocurre solo dos días después que otro gigante de la tecnología, IBM, anunciase que se retira del negocio de reconocimiento facial, también como respuesta a las críticas de supuesto sesgo racial que esta tecnología ha evidenciado.
En el futuro la discusión deberá centrarse en la falta de regulaciones y el derribamiento de fronteras de los países, ejemplos como Faceapp son cada vez más frecuentes, la App rusa que generó un inventario actualizado del rostro de 150 millones de personas en apenas tres semanas.