Prosegur junto a la ONG “Un techo para mi país”

“Quisiéramos mostrar nuestro agradecimiento a la Fundación PROSEGUR por una donación que favorece a un número importante de familias y permite que podamos ofrecerles una vida mucho más digna”, comentó Patricio Fernández, Director Social de “Un techo para mi país”. “La donación es un claro impulso a un proyecto de desarrollo sustentable, a largo plazo, y muestra que la preocupación por las necesidades de la gente más necesitada de nuestro país es una responsabilidad de todos quienes somos parte de la sociedad”, agregó.

{mosimage}La entrega del premio la realizó el Country Manager de la empresa, Juan Cocci durante el intermedio de ambas semifinales a Juan Pablo Asenjo, Director de “Un techo para mi país Argentina”.

En la Argentina, PROSEGUR colaboro con el apadrinamiento de dos escuelas rurales, situadas en el interior del país : Escuela 4386, ubicada en la provincia de Salta y la Escuela 373 ubicada en la provincia de JUJUY. El aporte de la empresa junto a su personal, se vió reflejado en mejorar la estructura edilicia y en programa anual abarcando: alimentación, sanidad, control médico y odontológico, como asimismo material educativo. Nuestro compromiso es sostenerlo en el tiempo y de esta manera brindarles a los chicos la posibilidad de un futuro mejor. Actualmente con esta visión la empresa esta también colaborando con el proyecto de construcción de la Escuela Emociones Sanitas ubicada en la provincia de Catamarca.

“Un techo para mi país”, (www.untechoparamipais.org.ar) es una institución latinoamericana (iniciada en Chile con “Un techo para Chile”, donde ya se han construido 25.000 mediaguas), liderada por jóvenes y basada en el trabajo voluntario, que desarrolla su tarea desde 1997 junto a los pobladores de los asentamientos marginales para mejorar su calidad de vida, a través de la construcción de viviendas de emergencia y desarrollando posteriormente planes de habilitación social mediante la entrega de micro créditos y la capacitación en oficios básicos. Las personas que viven en extrema pobreza se ven atrapadas en un estado de apatía del que es muy difícil salir. La falta de recursos destruye la autoestima y la esperanza, genera desolación e incluso termina anulando la posibilidad de soñar con una vida mejor.

Con la nueva casa, la organización quiere motivar a las familias a mejorar su calidad de vida, a través del ahorro, esfuerzo y compromiso para que en el futuro puedan acceder a una vivienda definitiva. La vivienda mínima es una rápida solución ante la urgencia habitacional, pero también es renovadora de esperanzas e impulsora de sueños postergados. En la Argentina comenzó a trabajar en el año 2003, en la provincia de Córdoba. Y desde el año pasado se instaló en Buenos Aires, donde ya lleva construidas 44 casas. Para 2007 se proyectan construir más de 200 viviendas en la provincia de Buenos Aires y de esta forma involucrar a más de 1.000 jóvenes ya todos los sectores de la sociedad para construir un país más justo.