En el marco del Día Internacional contra el Desperdicio Alimentario que tiene lugar el 29 de septiembre, el debate europeo y nacional sobre cómo frenar esta problemática cobra un nuevo impulso. La reciente aprobación por parte del Parlamento Europeo de la reforma de la Directiva 2008/98/CE sobre residuos introduce objetivos más estrictos de prevención y reducción del desperdicio alimentario y textil, sectores que concentran gran parte del consumo de recursos naturales y generan importantes impactos medioambientales. En paralelo, España aplica desde abril la Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, que obliga al retail a implantar planes de prevención, protocolos de donación y medidas de valorización de excedentes.
Phenix, empresa especializada en la gestión de excedentes, analiza cómo estas normativas transforman al sector y abren una oportunidad de innovación, eficiencia y compromiso social y medioambiental. La modificación de la Directiva 2008/98/CE busca acelerar la transición hacia una economía circular en los Estados miembros, estableciendo metas más ambiciosas para reducir el desperdicio alimentario y alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS 12 sobre Producción y Consumo Responsables. Además, refuerza la necesidad de implantar sistemas de monitorización para medir con mayor precisión las pérdidas alimentarias en el sector primario y el desperdicio alimentario en toda la cadena de suministro.
Desde Phenix destacan que uno de los pilares de la reforma es la redistribución prioritaria de los alimentos, dejando claro que aquellos productos que sigan siendo aptos para consumo humano deben destinarse en primer lugar a la donación, antes de considerar otros usos como la alimentación animal o la valorización energética. De este modo, la Unión Europea sitúa la donación como la vía preferente de aprovechamiento de excedentes. La directiva reconoce también el papel de la innovación y la tecnología digital como aliados indispensables para alcanzar estos objetivos, promoviendo herramientas que mejoren la trazabilidad y la gestión en tiempo real.
En España, la Ley 1/2025, en vigor desde abril de 2025, ha supuesto un cambio estructural en el sector de la distribución, obligando a los supermercados y empresas de retail a elaborar planes de prevención que incluyan protocolos de gestión del stock excedente y medidas concretas para minimizar los excedentes desde el origen. Además, establece la obligación de promover la venta de productos con imperfecciones visuales a través de descuentos u otras fórmulas que eviten su destrucción. La normativa exige igualmente reportar datos de seguimiento para evaluar los avances y ajustar las políticas públicas en función de los resultados.
Como empresa certificada B-Corp, Phenix interpreta estas normativas como una oportunidad de transformación estructural para el retail y todos los agentes de la cadena alimentaria, desde productores a consumidores. Gracias a su experiencia, tecnología propia y red de más de 200 asociaciones sociales en España, la compañía acompaña a las empresas en la digitalización de la gestión del excedente y facilita la canalización de donaciones de forma segura y eficiente, asegurando que los excedentes lleguen a quienes más los necesitan. Pauline Bertin, Chief Sales Officer de Phenix a nivel global, explicó: «El nuevo marco normativo europeo y la ley española marcan un antes y un después en la gestión del desperdicio. Para el retail alimentario, ya no se trata solo de cumplir con una obligación legal, sino de aprovechar una oportunidad para innovar, ser más eficientes y generar un triple impacto positivo: económico, social y medioambiental». Phenix trabaja en España con más de 2.000 puntos de venta, incluyendo cadenas como BM Supermercados, Areas Iberia y La Menorquina.
Quienes deseen conocer más información sobre las soluciones de gestión de excedentes alimentarios pueden ingresar a https://www.wearephenix.com/es/ para acceder a los servicios y recursos que ofrece Phenix para el sector de la distribución.









