La compañía inició un proceso de adecuación de más de ochenta buzones instalados en sus edificios y oficinas comerciales, en los que los clientes y no clientes de la empresa podrán depositar sus baterías agotadas, colaborando así con la conservación y el cuidado del medio ambiente.
Las baterías utilizadas por los teléfonos móviles tienen una vida útil y pueden ser contaminantes si no se es cuidadoso con su destino final. Por ello, movistar posee un programa de recolección y reciclado de baterías desde diciembre de 1999, que cuenta con el apoyo de la Fundación Vida Silvestre.
Los buzones instalados por la compañía son metálicos y poseen un orificio en el frente para introducir las baterías, las cuales luego son enviadas a un proveedor para su posterior reciclado.
Las unidades que se descartan no vuelven a ser utilizadas como batería, sino que sólo se reciclan sus componentes.
El reciclado comienza con el desarmado de la unidad. Toda la parte plástica se condensa en vapor, luego se vitrifica, y lo que se obtiene puede ser reutilizado, por ejemplo, en asfalto. Las partes metálicas -níquel y cadmio- se recuperan a través de un horno de fusión y se obtiene lingotes de cadmio y de níquel ferroso -porque tiene partes de hierro-, que se utilizan en las industrias, como por ejemplo la automotriz.
Es importante destacar que movistar es la única operadora de telefonía móvil de la Argentina que cuenta con un programa de reciclaje de estas características, y que no recibe ningún beneficio económico de todo este proceso. Por el contrario, la empresa invirtió más de 2,4 millones de pesos en el diseño del programa, el armado del proceso de recolección y el desarrollo de las campañas de difusión.