Esta pieza teatral está basada en un auténtico e histórico actor alemán, Bernhard Minetti (1905-1998). A este intérprete de obras de Shakespeare, Genet, Shiller, Pinter, Beckett… que no abandonó la escena en setenta años de profesión, es a quien en 1973 Bernhard se la dedicó.
Utilizando la esencia del actor y sin preocuparle la biografía del modelo, crea esta tragicomedia cargada de intenciones sociales y se nos muestra como gran despreciador del régimen nazi, al que no ha cesado de denunciar para evitar su indeseable resurgimiento.
Bernhard compone para Minetti este sombrío y patético concierto donde la orquesta dirigida por un solista a veces furioso, a veces frágil y endeble, se diluye poco a poco en un mortal silencio, mientras alrededor reina la alegría.
El actor muere vampirizado por su arte en la calle, donde el artista dramático tiene su reino.
{mosimage}