Mi primera experiencia en un torneo profesional de golf del TPG Tour

Cuando a fines del año 2000 Carlos Pallotti me invitó a participar de una clínica de golf nunca imaginé que terminaría jugando como profesional de golf en una cancha que es una de mis preferidas, Cariló Golf, y junto a jugadores de la talla de José Cóceres, Rodolfo González, Sebatian Fernández, Rafael Gómez, César Costilla, Daniel Altamirano, Roberto Cóceres, Martín Velazquez, Hugo Vizzone, Juan Pablo Abbate, Diego Ortiz, y Héctor Céspedes, entre muchos otros.

La clínica donde descubrí el golf fue en el Campo de Golf La Orquídea, en el marco del “Día de Campo” que organiza Carlos Mazalán para periodistas y clientes, y la dictaban dos renombrados profesionales de golf, Pablo Müller, profesional del La Orquídea, y con un colaborador; Fabián Gómez, que hoy está jugando en el PGA Tour, después de conseguir su ingreso a través del Nationwinde Tour.

En la zona de práctica comencé con un pitch, y luego de que me explicaran la forma de agarrar el palo y de los movimientos del swing de golf, pegué unas pelotas y lo hice realmente bien, tal es así que no me creían que era la primer vez que tenía contacto con el golf. Mi vida deportiva había transcurrido entre el fútbol, llegando a jugar en la reserva del Club Atlético Huracán durante mi secundaria, en el tenis, competiendo en torneos amateurs, y al hockey sobre césped, jugando para el La Salle, y convocado al Seleccionado Nacional Juvenil Argentino que comandaba Marcelo Garrafo, pero nunca había agarrado un palo de golf.

Me gustó tanto que busqué un profesor en Costa Salguero, la primera vez sin suerte, casi abandono, y luego en una segunda oportunidad con el profesor Julio Pourpour, con quien comencé mis primeras armas. Empecé jugando en La Orquídea, con jugadores profesionales como José, Roberto, Ricardo y Juan Carlos Cóceres, Fabián Gómez, Jorge Berendt, y muchos más, ya que era una cancha que utilizaban mucho para practicar por tratarse de un trazado complicado, y quienes generosamente compartieron sus conocimientos con alguien que recién se iniciaba en el golf.

Otra de mis canchas fue el Cariló Golf, donde jugaba con jugadores de gran talla como Tomás Santamarina, Mariana y Rubén Battilana, Héctor Salvatore, entre otros, tomando clases con el amigo Pocholo. Luego de cerrar la Orquídea comencé a jugar en Smithfield Golf Club, compartiendo salidas con muchos socios y amigos del club. Daniel Osan, profesional que se inició en el Club Smithfield de la localidad de Zárate, fue quien me dio el puntapié inicial para incorporarme al profesionalismo, y me hizo hacer mi primer curso para profesor de golf en la escuela Gilberto Devia de la PGA de Argentina que dirige Jorge Contratti, y el año pasado realicé el curso de la Escuela para instructor nacional de golf de Profesionales de Golf de Argentina, para obtener de esta manera los dos carnets habilitantes como profesor y profesional de golf.

Mis primeros torneos fueron los organizados por el empresario de golf Augusto Portais, quien me invitaba a participar aún antes de contar con el handicap nacional que se requiere para participar de los torneos amateurs, hasta que jugué mi primer torneo como amateur, en el club Highland, sin saber el resultado me retiré, y recibí un llamado de Augusto que me quería dar dos noticias, una mala y una buena; la buena felicitarme por haber logrado el score más bajo de todos los jugadores que habían participado, y la mala, que había sido descalificado por no firmar la tarjeta, lección que nunca más se me ha olvidado. Diez años después lo encuentro a Augusto en Cariló y le comento  el hecho curioso de encontrarlo en mi primer torneo oficial como profesional de golf.

Me interesó mucho más el deporte por sus reglas y el comportamiento en la cancha, un verdadero deporte de caballeros, como pocos, distinguido por eso, y por la particularidad que la pelota se encuentra quieta, y uno tiene que pegarle, algo que en principio parecería simple, no lo es. Tardé bastante en incorporar las técnicas del swing, no es fácil comenzar cuando un ronda los treinta años, pero con paciencia y dedicación, logré un swing que tenía algo de mis deportes anteriores, el tenis y el hockey, pero sabiendo claramente que se trata de un deporte que nunca se termina de aprender.

Luego de 10 años me encontré jugando un torneo oficlal como profesional de golf en Cariló, después de pasar la preclasificación reservada para los profesionales que no tienen ranking, y en donde quedé en cuarto lugar, lo que me habilitó para jugar mi primer torneo los días jueves 13 y viernes 14 de enero, en el Torneo Provincial de Golf Buenos Aires Classic en Carilo Golf organizado por el TPG Tour, algo que me llenó de alegría ya que era un sueño cumplido desde que jugaba como aficionado en Cariló, donde llevaba mi handicap hasta el 2008 gracias a la autorización del Presidente del Cariló Golf  Carlos Guerrero y del profesional David Leguizamón, y sentía enormes ganas de jugar el torneo como profesional algún día, y ese día había llegado.

Los nervios y la parte mental del juego influyen tremendamente enel golf, tal es así que Patricia Fuentes, psicóloga deportiva, acompaña a algunos jugadores alrededor del mundo solamente por este aspecto del deporte y estaba aquí en Cariló acompañando a uno de los profesionales participantes. En la preclasificación cuando el tee del hoyo 12 me dicen que con 3 sobre el par iba puntero, algo que no se debería hacer, los nervios salieron a la luz, y hice 7 más en los 3 hoyos siguientes, por suerte me calmé y un sólo bogie en el 17, fue suficiente para clasificar en la cuarta posición para el torneo, por primera vez en mi vida.

Una especie de alegría y nervios se apoderaron de mí por el hecho  de haber pasado la preclasificación, y el jueves, cuando junto al aficionado que jugó conmigo, Miguel Angel López de Comodoro Rivadavia, el profesional Guido Zallocco, y su aficionado, planté el tee en el hoyo 1 del día jueves, mi corazón latía tan fuerte que parecía que la chomba se movía, pudiéndose notar a simple vista.

Pese a tratar de estar calmado y no pensar en nada más que hacer lo que siempre hacía en este cancha, el día domingo y el lunes anterior, con Tomás y Ramón Santamarina, Chiqui Villamil, Federico Freitag y Pablo Roust, en días de práctica había logrado scores de 4 y 2 sobre el par de la cancha respectivamente, pero no es fácil mantener la calma necesaria para que el swing fluya armoniosamente como los días previos, además el cansancio de jugar tantos días seguidos, más de siete días entre vueltas de práctica y de torneo, pero a pesar de no poder pegarle correctamente a la pelota, no dejé de pelear hasta el final, en una cancha difícil, con viento, y sin lie mejorado, pero una de las más lindas que conozco.

Los encargados del Cariló Golf junto a mi amigo Rubén Battilana no perdieron oportunidad para llamarme y felicitarme por estar entre los primeros, pero mirando desde el fondo de la tabla, pero con buen sentido del humor y felicitándome por haber logrado participar, mientras que yo terminé feliz de haber podido sentir la adrenalina de jugar mi primer torneo como profesional, y pensando en el año próximo, entrenar y practicar con el objetivo de volver y mejorar mi actuación, sumando experiencias que terminan siendo inolvidables.

Quiero agradecer a mis amigos Rubén Battilana y su hermosa familia, quien siempre me invita a Cariló y me reciben como a un familiar más, a Tomás Santamarina, que me llevó los palos  en la preclasificación y me ayudó a superarla, a Miguel Angel López, quien me acompañó como aficionado y sponsor, y a la gente del Cariló Golf; Jorge, Franco, Eduardo, Nico y David Leguizamón, por su apoyo y sus bromas, al amigo Pocholo Zeinsteger, profesional del Cariló Golf y del San Isidro Golf, uno de mis mejores maestros, y a mis colegas profesionales por sus felicitaciones y sus mensajes que no afloje y que siga en este camino, lo que habla del compañerismo y cordialidad que se vive en este deporte.

En todos estos años he rescatado verdaderas amistades, que son lo más importante que me ha dado el golf, un deporte en donde uno va conociendo a la gente con quien juega, y puede darse cuenta, por sus actitudes durante el transcurso del juego, como es dentro y también fuera de una cancha. Recomiendo a todos aquellos que no juegan al golf que se acerquen a un profesor amigo para intentar al menos tener una aproximación a este fantástico deporte que puede cambiar la vida de todos aquellos que lo juegan.

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Etiquetas: golf - instrucción noticias InGolf

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