El queratocono es una condición que afecta a 1 de cada 2.000 personas en el mundo y se caracteriza porque la córnea (la parte transparente de la cara anterior del ojo) se presenta adelgazada y con protuberancia hacia delante; dotando al ojo literalmente de una forma “cónica”. Sus causas son desconocidas. Algunos expertos consideran que es hereditario, aunque no ha podido comprobarse. Lo que sí se sabe es que el frotamiento vigoroso de los ojos empeora la enfermedad.
Sus síntomas en principio no son muy diferentes a otros defectos de refracción comunes, como la visión ligeramente borrosa. Pero cuando la enfermedad progresa la visión se suele deteriorar rápidamente, la agudeza visual empeora a cualquier distancia y la visión nocturna se vuelve pobre. En algunos pacientes, la visión en uno de los ojos es marcadamente inferior que en el otro. Pueden desarrollar fotofobia (hipersensibilidad a la luz), fatiga ocular por desviar la mirada para poder leer, o picazón en el ojo. También puede suceder que la sensación de dolor sea leve o inexistente.
El queratocono suele progresar lentamente durante 10 ó 20 años, tras los cuales deja de evolucionar. Al final de la primera década de su padecimiento y principios de la segunda, aparecen síntomas como visión borrosa y distorsión de las imágenes. Cada ojo puede estar afectado aunque el grado evolutivo puede ser diferente. La córnea se va adelgazando y deformando, ocasionando un astigmatismo cada vez más elevado que no puede ser tratado mediante gafas. Cuando la enfermedad no progresa, se denomina queratocono frustro.
En cuanto a sus tratamientos, los casos poco severos pueden ser tratados con lentes de contacto duros especialmente desarrollados para dicha afección. Si la visión no se restablece, se puede acudir a tratamientos más invasivos como anillos intracorneales hasta finalmente trasplante de córnea.
También existen dos procedimientos innovadores y complementarios que son los aplicados en el estudio presentado por los doctores Nano que fue premiado. Uno se llama PRK y consiste en un procedimiento refractivo (es decir, que quita dioptrías de miopía y astigmatismo) que se realiza con el Excimer Laser VISX Star S4®. El otro es una técnica llamada Cross Linking Corneal (CLC) que consiste en la combinación de radiación ultravioleta con sustancias fotosensibilizantes (riboflavina), que permite la formación de nuevas uniones de las fibras de colágeno, con lo que se logra aumentar la rigidez corneal. Esta técnica pretende aumentar la estabilidad biomecánica corneal, con el objetivo de evitar el trasplante de córnea; transformando un queratocono activo en inactivo, frenando su evolución.
El estudio premiado incluyó 40 ojos de 20 pacientes, de una edad promedio de 34 años; con diagnostico topográfico de queratocono frustro subclínico. Se aplicaron en un mismo acto los procedimientos PRK (con una corrección de su defecto óptico personalizada para casa caso) y CLC; ambos bajo anestesia tópica. Tras los 24 meses de seguimiento postoperatorio se manifestó una reducción en el defecto óptico de un 80%, una mejoría en la agudeza visual y estabilidad de la enfermedad ectásica de base. Esto permitió concluir que la aplicación del PRK y CLC simultáneo es una técnica quirúrgica segura y efectiva en pacientes con queratocono frustro.
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