El catalizador de tres vías controlado por un sensor de oxígeno se desarrolló bajo el liderazgo del legendario experto en medio ambiente Stephen Wallman, quien acaba de recibir la medalla de oro del Royal Swedish Automobile Club.
Cuando el primer Volvo con catalizador de tres vías y sensor de oxígeno llegó a California, algunos altos cargos tomaron uno de los vehículos, lo condujeron hasta el Congreso de los Estados Unidos en Capital Hill (Washington D.C.) y formularon esta pregunta: “¿Por qué no pueden hacer esto los fabricantes estadounidenses cuando puede hacerlo una compañía pequeña como Volvo Cars?”
Era 1976 y, por aquel entonces, la industria automotriz llevaba seis años sabiendo que la legislación estadounidense sobre emisiones de escape debía volverse radicalmente más estricta en virtud de la Clean Air Act (Ley de aire limpio) de 1970. Volvo colocó a Stephen Wallman a la cabeza del desarrollo de emisiones, un proyecto que se expandió rápidamente y en el que acabaron participando unas 60 personas.
”Trabajamos con tres o cuatro soluciones distintas, pero pronto vimos claramente que ésta era la mejor. Mejoraban los resultados de las emisiones, así como la maniobrabilidad y el consumo de combustible”, explica Stephen Wallman.
El sistema recibió la homologación y en tan solo unos años toda la industria había copiado la solución. Sin embargo, no fue hasta 1989 cuando Suecia aprobó la legislación sobre niveles de emisiones y el sensor de oxígeno se volvió obligatorio.
”Para ser un fabricante tan pequeño, lo cierto es que VCC tiene dos soluciones totalmente únicas que ya encontramos en casi todos los vehículos: el catalizador de tres vías con sensor de oxígeno y el cinturón de seguridad de tres puntos de anclaje, que es uno de los avances de seguridad más importantes de todos los tiempos. Esto es algo de lo que podemos sentirnos ciertamente orgullosos”, afirma Stephen Wallman.
Ahora Stephen está retirado, pero sigue la evolución de los combustibles alternativos con sumo interés: «No existen combustibles tan estandarizados como la nafta o el diésel. Incluso aunque todo el mundo se pusiera de acuerdo con una alternativa, no disponemos de la misma materia prima en el norte de Suecia, en el sur de Francia y en el trópico. Esto supone un gran reto para la industria”.
A mediados de febrero de 2008, Stephen Wallman recibió la medalla de oro Clarence von Rosen otorgada por el Royal Swedish Automobile Club en reconocimiento a su innovador trabajo medioambiental en Volvo Car Corporation.