Por Matías Nahón, country manager BRG Consulting
“En Dios confiamos, todo lo demás lo auditamos” es una frase de cabecera que me acompaña desde hace varios años y que suele causar cierto estupor cuando la comparto en público.
El caso de las contrataciones de personal no es la excepción, principalmente en niveles jerárquicos y de responsabilidad o confianza. La evidencia es indubitable: 18% de los Curriculum Vitae incluye datos erróneos u omisiones; 10% de las referencias laborales previas son negativas; 3% tienen un perfil de gastos mensuales que duplica el sueldo a percibir en el nuevo trabajo el cual es uno de los mayores indicios de fraude.
Entonces: ¿por qué la búsqueda de antecedentes prelaborales no es una práctica habitual? La respuesta que encuentro es una cultura de ver la prevención como un costo. Las buenas prácticas internacionales indican con claridad que no lo es en absoluto, que claros informes y chequeos comerciales, judiciales y de prensa mitigan fuertemente los riesgos.
La experiencia también señala que las áreas de recursos humanos se enfocan más en indagar los perfiles profesionales, pero poco hurgan en potenciales riesgos externos a esas capacidades. Y además que las consultoras externas, en general, suelen demorar en sus informes con costos que superan las expectativas y recursos que las corporaciones asignan a este tipo de chequeos. Esta situación está cambiando hace años ya que la información suele estar disponible de manera inmediata, las consultorías cada vez más hacen foco en la capacidad de recolección de data en el instante con fuerte capacidad analítica producto de la acción repetida y sistemática.
Los informes prelaborales suelen tener diferentes niveles, aunque en general suelen incluir: una verificación de identidad del candidato, un informe de deudas bancarias, cheques rechazados, y juicios comerciales; un chequeo en prensa; y antecedentes criminales (dependiendo del país, la ley regula la forma de acceder al dato) además de otros relevamientos complementarios.
La capacidad de que estos tipos de informes prevengan a las empresas generando alertas tempranas que disminuyan la posibilidad de fraude son evidentes, por eso mi insistencia en que se establezcan estos procedimientos para no confiemos sólo en Dios sino más en las propias capacidades de detección temprana de potenciales problemas.