Si quisiéramos definir lo que es management, diríamos que es el arte de crear relaciones dinámicas y creativas entre un individuo, su entorno y las situaciones que debe enfrentar, para desplegar un conjunto de actitudes y comportamientos, permitiendo a las personas imaginar y aplicar las soluciones más satisfactorias en un medio incierto.
El management es entonces el conjunto de actitudes y comportamientos del mando responsable en contextos y situaciones inciertas y frente a realidades humanas contradictorias, con el fin de llevar a cabo una estrategia.
El motor que lo inspira es su visión o intención estratégica. Las cualidades que se le requieren son aquellas que permiten a cualquier sistema el desarrollarse: la organización, la decisión y resolución de conflictos y la comunicación. El management se apoya sobre una visión viva de la empresa y trabaja sobre nociones dinámicas. Sus componentes, tanto materiales coma humanos, son considerados como sujetos, es decir, como entidades poseedoras de su propio dinamismo e identidad. El manager no considera inmutable lo adquirido, al contrario, verifica a cada instante la capacidad de cada cual para llevar a cabo su función, formando y estimulando.
La lógica del management no es ni la de la dialéctica ni la de la gestión, sino la del pensamiento complejo. Esta nueva relación con la realidad dentro de la cual se integra, más que un componente, implica el surgimiento de una dimensión afectiva, de una nueva sensibilidad frente a los acontecimientos y a las personas.
Gracias a la firmeza de sus intenciones y al sentido de pertenencia del proyecto, el verdadero manager desarrolla la capacidad de hacerle frente a lo incierto. El manager maneja lo inestable y lo aleatorio y enfrenta los grandes momentos de ruptura, garantizando el paso de las crisis. El management se convierte pues, en el compañero de las situaciones difíciles y de las decisiones.
El management implica una inversión individual en su profesión, una proyección afectiva dentro del grupo que va más allá de la simple aplicación de sus obligaciones.
El manager no está satisfecho con actuar sólo a sus funciones específicas, sino también con relación al papel que debe desarrollar en la empresa y ante los hombres: su rol más allá de los conocimientos profesionales, es el enseñar a ser en esa comunidad.
Debe optimizar la comprensión de un tema esencial; cómo una empresa construye su destino. Qué cosmovisión diseña las estructuras del imaginario de una comunidad para lograr: Cohesión y satisfacción social interna (la llave maestra de la innovación y la productividad). Una narrativa que les permita competitividad a partir de una propuesta de valor diferenciada a nivel global.
Aportará a sus competencias, comprender como funciona una Corporación desde el punto de vista antropológico, cómo se organiza, cómo maneja sus conflictos y de que manera estructura y desarrolla su imagen y comunicación.
Analizando como esa comunidad tribal, construye y afianza una identidad a partir de su mito competitivo, sus ritos de inducción y el liderazgo de sus héroes. Pues sólo a partir de allí crea una visión de futuro, construye realidad y genera valor.