En Estados Unidos, 7 de cada 10 personas regalan una gift card. En Argentina, este consumo creció en un 200% en los últimos dos años, pero fundamentalmente creció en el mercado corporativo.
Las empresas optan por este sistema, comprando la cantidad que prefieren de tarjetas por año, para reemplazar la incómoda cajita navideña, la que ocupa hasta el sótano entero de una empresa, la que debe pedirse y pagarse con mucha anticipación, la que tiene dudosos productos en su interior, y la que luego los empleados tiene que cargar en el transporte público hasta sus casas. También clientes y proveedores prefieren una oh! Gift Card.
Tiene la posibilidad de elegir el propio regalo, yendo a una de las 90 marcas adheridas a buscar lo que más le guste al agasajado. Las empresas también eligen oh! Gift Card porque es el sistema más rápido, más eficaz y porque puede adaptarse a los gustos de cada empleado, cliente o proveedor, sin sufrir la triste estandarización de un regalo de fin de año, permitiendo que cada uno elija.
«Desde este lugar, las tarjetas de regalo ayudan a fidelizar a los empleados. Una oh! Gift Card genérica puede ser usada en diversos locales y, así, ayuda mucho a la economía familiar de todos. Les permite buscar entre varias marcas y cientos de productos para llenar el arbolito y la mesa navideña. O al menos ayudar a hacerlo, ser esa tarjeta una colaboración al flaco bolsillo con el que todos finalizamos el año. Por eso también la buscan las empresas, porque saben que sus empleados la recibirán con una sonrisa y la usarán de la mejor forma», señaló el CEO de oh! Gift Card y socio inversor Cruz González Smith.