El protector facial CLIU en su versión Pro está equipado con bluetooth, micrófono y sensores integrados que, junto con su aplicación, ayudan a prevenir la aparición de enfermedades al monitorear el estado de la respiración y la calidad del aire.
La pantalla protectora transparente y el sistema antiniebla le permiten ver siempre los labios de la otra persona, lo que permite, en particular a las personas con dificultades auditivas, volver a llevar una vida social normal.
«Los datos y la tecnología juegan un papel fundamental en la prevención de nuevas patologías. CLIU le permite comunicarse y respirar de forma natural, protegiéndose a sí mismo y a los demás. información en tiempo real sobre nuestro estado de salud. CLIU se puede pedir por adelantado en combinación con una lámpara UV integrada en la estación de carga que le permite desinfectarla diariamente», explica Dario Gattuso, Director de Tecnología de CLIU ..
«CLIU fue diseñado y desarrollado por un equipo de diseñadores italo-españoles, expertos en tecnología e innovación. El protector facial también contribuye a la protección del planeta, en comparación con las máscaras desechables tradicionales, es lavable y utilizable innumerables veces», señaló.
«Está concebido y diseñado con miras a la economía circular gracias a una patente de la Universidad de Siena y con la colaboración de Siena BioActive, spin-off del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Siena. El crowdfunding en Indiegogo, además de comenzar la producción de CLIU, impedirá que 20 toneladas de residuos plásticos por año lleguen al mar. La instalación será supervisada por SEADS en colaboración con la Universidad de Florencia y el Politécnico de Milán», aseguró.
“Nuestro departamento ha desarrollado un sólido conocimiento en las pruebas de biocompatibilidad de los protectores faciales anticovid. Además de la efectividad de estos dispositivos, es importante no subestimar el impacto en el medio ambiente de los filtros tradicionales», explica la Prof. Annalisa Santucci, Directora del Departamento de Biotecnología, Química y Farmacia de la Universidad de Siena – el proyecto de investigación y el desarrollo de los filtros del proyecto CLIU tiene como objetivo lograr importantes actuaciones en ambos frentes. De hecho, si bien confiamos en material eco-sostenible, ya que se genera completamente a partir de desechos agroalimentarios o forestales, podremos contar con un material bioactivo con una actividad antimicrobiana sustancial».
«El diseño es cultura cuando transmite ideas, valores y principios, define la calidad de los productos, servicios y procesos, combinando funcionalidad, estética y sostenibilidad», comenta Simona Lacagnina – diseñadora de productos CLIU. «Un producto debe estar diseñado para durar en el tiempo y al final de su ciclo de vida, para ser desmontado de modo que cada parte encuentre un nuevo uso», finalizó.