“Los (dirigentes) chinos hacen planificación con un horizonte de 100 años. China tiene poco agua, y en los escenarios que ellos evaluaron proyectan que la oferta interna de agua potable no será suficiente para abastecer las necesidades de la población”. Así lo afirmó hoy Yolanda Kakabadse, ex ministra de Ambiente de Ecuador (1998-2000) y fundadora de la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA), durante una conferencia ofrecida en el XVIII Congreso Nacional CREA 2007, realizado en la ciudad de Córdoba.
“Por esto construyeron un mercado de agua, y lo que están haciendo nuestros países es exportar agua a China a través de granos, porque la producción agrícola es la actividad productiva que mayor cantidad de agua necesita. Lo que importa no es el producto en sí, sino el hecho del agua que puede destinar a otros usos por importar granos”, añadió.
“Ellos lo han planificado, pero nuestros dirigentes no se han puesto a pesar qué sucederá aquí con el agua en los próximos 100 años”, indicó Kakabadse.
“El suelo, el río o el bosque, no son solamente proveedores de tierras que, bien tratadas, permiten incrementar la producción alimentaria. Cada uno de ellos ofrece una serie de servicios adicionales que necesitamos contabilizar: control de la erosión, regulación hídrica, polinización, depuración del aire, turismo, entre otros”, explicó.
“El agricultor no tiene opciones, no tiene la posibilidad de rechazar los conflictos ambientales y debe apostar a la prevención de los mismos”, agregó.
“A través de la explotación agrícola intensiva, cada vez que sacamos un bosque estamos empobreciendo a los pobladores locales, que tienen que estar en nuestra agenda como ciudadanos”, sostuvo Kakabadse.
“La demanda creciente de granos nos ha llevado a ampliar la frontera agrícola de todos los países en la región, sin un análisis de sustentabilidad que nos permita definir cuán manejables serán los riesgos. La fiebre de los biocombustibles es similar a la fiebre del oro presente en el siglo XIX. ¿Vale la pena hacerlo? ¿Para qué y para quién hacerlo? ¿No será mejor invertir en nosotros mismos? Sería más beneficioso mejorar la eficiencia energética de los vehículos, eso tendría un impacto mayor que la producción de biocombustibles”, señaló la investigadora ecuatoriana.