“En el mundo digital, para el público la música pasó de ser un producto, un disco compacto, un vinilo, etc., a ser un servicio, es decir la posibilidad de escucharla en el momento que se desee”, afirmó Javier Delupi, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas (Capif), durante una conferencia sobre los desafíos del sector ante alumnos de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). “Actualmente, en el contexto de las nuevas tecnologías, el consumo de música se basa en dispositivos con una conectividad temporal o permanente, y a veces no es tan importante la calidad del sonido, pero sí ese sentido lúdico y creativo que se atribuye a las propias compilaciones y a una mayor necesidad de tener la música todo el tiempo, de poder almacenarla en la PC, pasarla a un USB y ponerlo en el auto, esto implica que la música está más viva que nunca”, explicó Delupi.
Sin poner el eje en la piratería, el directivo no eludió referirse a esa problemática: “Hay algunos dilemas en este mercado digital. Por ejemplo, se le da mayor importancia a comprar el mejor reproductor, la mejor placa de sonido, los mejores parlantes o la mejor computadora pero cuando se llega al nivel de los contenidos, que es lo que le da energía creativa para que se mueva, hay algunos planteos sobre los incentivos para que esos artistas que nos gustan sigan produciendo y descubriéndose nuevos talentos. Si bien debemos anotar muchos nuevos escenarios positivos, a veces esas compensaciones no están llegando”, dijo.
“Hay un autor y un intérprete, que se juntan en un sello y hacen un álbum, que se plasma en un soporte físico (generalmente un CD que es el que llega a las disquerías) pero hoy, para un sector muy importante del mercado, esas disquerías son museos. El desafío que se vive día a día es hacer llegar al público la música con indiferencia de su soporte, en una experiencia que implique vivirla en toda su dimensión a ese mundo creativo para poder disfrutarlo y valorarlo, y por lo tanto generarlo es parte del desarrollo de nuevos medios y soportes para que el público disfrute de los grandes valores de la música y se generen nuevos artistas”, afirmó.
Durante su exposición, el directivo se preguntó “¿Por qué hay tantos artistas que están volviendo a llenar espacios vacíos de nuevos talentos que no están creciendo? Porque actualmente producir artistas es muy riesgoso”.
Para Delupi, “lo de industria discográfica es una denominación histórica, y debemos hablar de industria cultural de la música para entenderla en toda su expresión”. Las claves actuales son “la digitalización, que ofrece la posibilidad de llegar al público más rápido y con más cantidad de negocios, aunque más atomizados; la interconexión, que es requerida por el usuario que quiere trasladar su música a los distintos dispositivos; la compresión, dado que el consumidor ya no exige alta fidelidad; y el marketing, porque sigue siendo necesario pensar en el desarrollo de contenidos y los sellos siguen siendo los especialistas en llevarlo adelante”.