La inauguración estuvo a cargo del vicegobernador de la provincia, Mario Vargas, en la Hostería Base de Río, en inmediaciones del puente del río Corcovado. El funcionario manifestó que “la pesca deportiva es un ícono en la Patagonia” y destacó el vínculo de esta actividad con el turismo “que genera una entrada de divisas para el país y la provincia de gran importancia”. En este sentido, subrayó que “la sociedad demanda cada vez más actividades que tengan que ver con la vida al aire libre y de bajo impacto ambiental”.
Vargas estuvo acompañado por el intendente local, Héctor Raúl Diez, funcionarios provinciales y Jaime Ríos, coordinandor de Pesca Deportiva y Turismo Aventura. También estuvieron presentes la Secretaria de Turismo de la ciudad de Esquel, Florencia Aversa, el director de Turismo de Trevelin Alberto Williams y el Intendente del Parque Nacional Los Alerces Ricardo Pereyra.
La Patagonia es marca registrada a la hora de hablar de refugios naturales prístinos que invitan a la exploración y a la aventura en montañas, bosques, lagos y ríos. Cada vez más turistas llegan año tras año a Esquel para la práctica de pesca deportiva, una “excusa” que les permite disfrutar de su espléndida geografía.
En un radio de 300km desde Esquel es posible encontrar los principales ámbitos para la pesca delas especies de mayor valor deportivo como las truchas arco iris, marrón, fontinalis y el salmón Pacífico a los que se suman salmones del Atlántico y encerrado, perca y pejerrey patagónico.
Cada modalidad de pesca es un arte, aunque la más difundida en la zona es la fly cast (pesca con mosca), que permite vadear los ríos y lagos. Sin embargo, también se practican las de spinning y trolling. Desde el 1• de noviembre se podrán comprar los permisos de pesca en casas deportivas y estaciones de servicio de la región. Se mantienen los valores de la temporada anterior: $10 diario, $25 semanal y $50 temporada completa. Los jubilados, pensionados y menores de 12 años podrán adquirirlos sin cargo.
Hasta el 1• de mayo de 2010 los espejos de agua enclavados en los valles montañosos del oeste de Chubut estarán poblados por estos deportistas que convierten a la pesca en una celebración particular, integrada por una suma –a veces secreta- de ritos.
Aficionados de todo el país y del mundo integran una cofradía de desconocidos que comparte un código común basado en el goce del silencio, la espera y al fin la adrenalina del encuentro mano a mano con los peces bravíos que forcejean debajo del agua.
Cuando la nieve comienza a derretirse no sólo deja al descubierto los colores de los paisajes de Esquel sino que inicia un período en que los lagos, lagunas y ríos de la región cobran un protagonismo indiscutido: la temporada de pesca deportiva.