Por Gastón Schneider, Socio fundador de QKapital
Cualquiera sea la decisión financiera a tomar (tipo de inversión y/o financiamiento) es importante entender que la misma siempre estará influenciada por lo que los expertos en neurociencia llaman “sesgos cognitivos” (es decir las creencias, prejuicios y predisposiciones de las personas); y que la mejor manera de garantizar que la decisión sea asertiva es neutralizando dichos sesgos. También, que cada decisión financiera (desde las pequeñas hasta las grandes) tienen un impacto emocional y que la sumatoria de las experiencias vividas irá formando a los inversores. Por eso, comprender el “lado B” de las finanzas, permitirá reducir riesgos adicionales a los inherentes a cualquier tipo de inversión.
De acuerdo a una encuesta realizada en 2021 de la que participaron más de 1500 inversionistas latinos, el 80% de los encuestados elije invertir en Estados Unidos porque considera que su país de origen pone en riesgo su capital. ¿Esto quiere decir que no se puede invertir en los países de Latinoamérica sin poner en riesgo el capital? No, de ninguna manera. Lo que este dato muestra es que lo vivido y las creencias los impulsan a tener nuevos comportamientos financieros, aun cuando podrían hacer inversiones rentables en sus países.
Estos sesgos cognitivos también pueden intervenir de manera inconsciente a la hora de elegir el tipo de financiamiento con el que se desea hacer la inversión. Por eso, resulta importante la mirada de un especialista en el tema, ya que es quien podrá neutralizar estos prejuicios y aportar información relevante para la toma de una decisión financiera. Si bien en América Latina los inversionistas no tienen una cultura muy arraigada de pedir préstamos a los bancos, poco a poco comienzan a sentirse más seguros cuando lo hacen en países como Estados Unidos. Allí, por ejemplo, pueden acceder a montos a partir de los US$ 150 mil con programas de financiamiento de hasta el 80 % del monto de la propiedad, con una tasa de interés anual en dólares a partir del 4 %.
En resumen, el éxito de una inversión no tiene que ver con la creencia del inversor, sino que dependerá de múltiples factores. De todas formas, es importante contemplar estas creencias para “ajustar” los cambios conductuales que podrían tener lugar si no se presta atención al impacto de las finanzas en nuestra conducta. Tomar una decisión financiera neutralizando los sesgos cognitivos permitirá evaluar más claramente los “pro y contras” de las diversas alternativas bajo estudio.