Usar los mínimos recursos energéticos posibles para lograr un nivel de confort deseado es el objetivo de la eficiencia energética. Una elección que tiene sentido económico y ambiental: al usar menos combustibles para hacer las mismas actividades, se disminuye el costo de las facturas de los usuarios, se mitigan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, se preservan los recursos energéticos y se posibilita que sectores de bajos recursos puedan acceder a los beneficios de la energía.
“En nuestro país, aproximadamente un tercio de toda la energía usada se emplea en viviendas y edificios comerciales. Con las tecnologías existentes, se podría reducir este consumo a la mitad”, afirma Salvador Gil, director de la carrera Ingeniería en Energía de la UNSAM. “En la Argentina muchos hogares que usan gas natural o licuado tienen al menos algún piloto funcionando permanentemente, ya sea en un calefón o en estufas. Cada piloto consume 0,5 m3 de gas al día. Cinco millones de estas llamitas equivalen a unos 2,5 millones de m3 de gas natural. Con esta energía se podría producir tanta electricidad como la central de Embalse de Río Tercero. Lo interesante es que la tecnología para eliminar esta llamita existe… y es de bajo costo. Este es solo uno de los múltiples consumos energéticos pasivos que todos tenemos en nuestros hogares en forma de pequeñas lucecitas (leds) y otras formas menos evidentes, como cargadores de teléfonos conectados y sin usar”.
Se adjunta comunicado de prensa y conclusiones del Encuentro 2012. Quedamos a disposición para coordinar una entrevista con el Dr. Salvador Gil.
ELUREE 2013: En la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Córdoba 2122, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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