En esta competencia corren más de 1600 deportistas que compiten en distintas categorías con el objeto de alcanzar la tan ansiada clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (China).
Para lograr su sueño, las chicas deberán quedar entre los trece mejores equipos dentro de su categoría. Al respecto Monsegur sostuvo: “Creemos que nos puede ir mejor de lo que esperamos. Pensamos que la clave para lograr esto es nuestro trabajo en equipo y nuestra garra para poner todo lo que se necesita”.
Los primeros pasos de las chicas en el yachting se dieron en la clase Optimist gracias al impulso de sus padres, apasionados por el mundo de la náutica. A partir de allí, tanto Sesto como Monsegur comenzaron a navegar por diversión y a participar individualmente en todas las regatas posibles, lo que les permitió adquirir experiencia en el arte de la navegación a vela.
Sin embargo, la dedicación al deporte no fue tarea fácil. Transitaron las preparaciones para las competencias náuticas más importantes en un vaivén constante entre la vida laboral, las regatas y los estudios para la facultad. Fernanda estudió la carrera de Ciencias Económicas a la par que entrenaba para lograr la clasificación en los Juegos Olímpicos de Sydney; mientras Consuelo dedicaba su tiempo a los trabajos que desde la carrera de Diseño Gráfico le exigían mientras corría en la clase Laser Radial.
A esto se sumó el difícil desafío de ser mujeres en un “deporte machista” en el que como afirma Sesto, la participación de las mujeres era vista con cierto recelo. A pesar de estos obstáculos fueron incursionando individualmente en la náutica hasta que en el 2005 Fernanda le propuso a Consuelo la idea de correr juntas en un mail en el que le escribió: “Además de casarte, ¿qué vas a hacer este año?”.
A partir de allí, la dupla no ha dejado de cosechar victorias entre las que se destacan la obtención del título de Campeonas Sudamericanas, el 2º Puesto en la Semana Olímpica Francesa y el 7º Puesto del Trofeo Princesa Sofía.