El poder del voluntariado: lecciones de vida en el ámbito laboral

En el marco del día Internacional del Voluntariado, el próximo 5 de diciembre, Kimberly-Clark –la compañía dedicada al desarrollo de productos descartables para la higiene y la salud–, reconoce la importancia de la realización de actividades de voluntariado, destacándolo como un recurso de estimulación, gratificación y crecimiento personal de sus colaboradores.

«El Voluntariado forma parte del compromiso que como empresa tenemos hacia adentro y hacia fuera, con la comunidad. Por ello, fomentamos que aquellos colaboradores que quieran contribuir con alguna causa social puedan hacerlo en horario laboral, sumándose a las diferentes acciones que realizamos a lo largo del año junto a Fundación Caminando Juntos (United Way – FCJ), con el aval y apoyo de todo el alto management», comenta Fernando Hofmann, Director de Asuntos Legales y Corporativos de Kimberly-Clark LAO – región AUSTRAL.

Por su parte, Pablo Latrónico, Vicepresidente LAO Región Austral de Kimberly-Clark, expone: «Creemos que el voluntariado convierte al colaborador en embajador de nuestra empresa en la comunidad. Construye puentes e incentiva habilidades que no hubiesen podido manifestarse en espacios tradicionales del entorno corporativo. Además, les permite ser agentes de transformación. En un paradigma en el que todos los líderes coincidimos: ofrecer un 5% del tiempo para cambiar el 100% de la vida de alguien que lo necesita«.

Las diferentes iniciativas que tienen lugar a lo largo del año se revalorizan como experiencias enriquecedoras que generan un beneficio social, fomentan la creatividad, encuentran su fuerza en todo aquello que apasiona a las personas y ponen en contacto a los voluntarios con los que más los necesitan. Por otra parte, el voluntariado se constituye también como un espacio de encuentro entre compañeros de diferentes áreas.

Así explica Guillermo Hours, Gerente de Legales de Kimberly-Clark Región Austral, voluntario del programa «Invertir Vale la Pena (IVP)»  de la compañía: «En este voluntariado aprendí mucho más de los chicos, que de lo que ellos recibieron. Me dieron una lección de vida. El sólo hecho de ver la realidad tan dura que viven y que, más allá de eso, tienen ganas de superarse, de encontrar su vocación, para mí es realmente una gran enseñanza».

Y añade: «Al participar sentí la necesidad de poder ayudar y apoyar a jóvenes a progresar y a formarse en educación, que es la mejor herramienta para alcanzar sus aspiraciones y propósitos. Superarse a sí mismos. Superar la realidad en la que viven a través de la educación. Sobre todo por el compromiso que demostraron al haberse anotado en el programa, de alguna manera tenía que retribuírselos».

En este sentido, Cinthia D’Agata, Gerente de Recursos Humanos de Kimberly-Clark Argentina, aclara: «La aproximación al universo corporativo es muy valorada por los participantes de iniciativas como Invertir Vale la pena. Les permite tener un acercamiento a la mirada de profesionales que les comunican, en un contexto de cercanía, los desafíos y aprendizajes de sus actividades. Un gesto significativo que genera en ellos inquietudes y los posiciona en un lugar distinto para una futura búsqueda o inserción laboral».

En este sentido, Kimberly-Clark cuenta con un Comité Social que ofrece un espacio para que los voluntarios de la Compañía, en cualquiera de sus locaciones de Argentina, puedan compartir sus experiencias, ideas e interiorizarse del calendario de propuestas, para convertirse en embajadores de cada acción.