Dos grandes artistas evocan el mundo campero y colonial

Las personas de cierta edad no puede dejar de sentir cierta nostalgia al contemplar imágenes que las acompañaron en la escuela durante su niñez y adolescencia: la clásica postal de la gente reunida antes el Cabildo, el 25 de mayo de 1810; la histórica reunión del Cabildo Abierto, el 22 de mayo de ese año; San Martín encabezando el cruce de la cordillera de los Andes.

Pero también hay imágenes menos conocidas y más dramáticas en la exposición Sivory y Fortuny. Imágenes del recuerdo, que se exhibe en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA: delincuentes en el trance de ser ahorcados o fusilados; soldados estaqueados o metidos en el cepo, el momento en que un indio, montado sobre un caballo al galope, rapta a un niño ante los ojos de su madre.

La muestra está integrada por una serie de obras de Eduardo Sivori y Francisco Fortuny, dos grandes artistas que documentaron artísticamente hechos de nuestra historia, fieles estampas de acontecimientos que dejaron huellas imborrables en la memoria colectiva.

Cecilia Cavanagh, curadora de la muestra y directora del Pabellón de las Bellas Artes, sintetiza así la muestra: “Los trabajos de Sivory –gouaches sobre cartulina– captan en su mayoría paisajes bonaerenses, desde las tipicas escenas rurales hasta el ajetreo de los gauchos en sus faenas y diversiones. La tecnica empleada recurre a una paleta clara, reducida la gama, un tanto gris y es notoria la atención que presta en algunos motivos a los transitorios fenómenos atmosfericos”.

Y agrega: “En el caso de Fortuny, se exhiben sus evocaciones artística de los sucesos históricos más destacados del Pago y la Villa de Luján, como también los iconos más representativos de la vida cotidiana de ese sitio colonial”.

Las obras le fueron encargados por Enrique Udaondo, fundador y director del Museo Colonial e Historico de la Provincia de Buenos Aires, y entre los sucesos históricos reflejados, se destacan magníficos óleos sobre tela como El Milagro de la Virgen”, hito fundacional para la historia local ocurrido en 1630, o El robo de los caudales del Virreinato, acaecido durante la primera invasión inglesa en 1806; mientras la temática referida a la vida cotidiana, luce en pequeñas y sintéticas acuarelas sobre carton, sumamente atractivas, como El paseo del Real Estandarte por las calles de la Villa, La excursión a las salinas o La matanza de perros cimarrones.

Dos artistas fundadores

Artista de indiscutible merito, nacido en Buenos Aires, Eduardo Sivori (1847-1918) encarna de manera ejemplar el transito de nuestra pintura, desde un aspecto documental, a una orientación mas o menos naturalista. Naturalista, renovador, fue devoto en su ultima etapa de la espontaneidad formal y coloristica del impresionismo. Sivori inaugura un nuevo tramo en el desarrollo de nuestras artes plasticas.

Esforzándose por captar en sus cuadros el subyugante espíritu de la llanura, se lo ha llamado “el pintor de la pampa”. Cabe mencionar que su tarea como grabador tambien fue fundacional, pues produjo siempre en la linea pampeana las primeras planchas en el país con sus obras En la tranquera y Tropa de carretas en la Pampa (con placas de cobre que habian servido para imprimir papel moneda durante la gobernación de Rosas y una prensa para planchar). Pero Sivori llevo a la pintura con poetico entusiasmo la densa plenitud paisajistica de la pampa. En estos enfoques predominan los horizontes desiertos, las extensiones dilatadas con bañados y pastizales, multiple hacienda, representada a veces solo con manchas esporadicas, y los calidos registros de las pintorescas costumbres criollas.

Francisco Fortuny (1864-1942), nacido en Pobla de Montornes, Cataluña, fue pintor e ilustrador de libros y revistas. Llego a la Argentina en 1890, y desarrollo una vasta obra dedicandose a publicaciones de texto, adaptando con gran destreza sus dotes interpretativas a cada tema.

El Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo, custodia entre sus bienes más preciados la obra de Fortuny, que traspasa un mero nivel pedagógico, alcanzando un alto valor documental. Es digno destacar su capacidad para interpretar hechos de nuestra historia asi como su respeto por los datos aportados por Udaondo para la plasmacion de cada obra.

Los logros artísticos de este diestro catalán se hayan a la vista en el Complejo Museografico. Otra parte de su labor se resguarda en la reserva del Museo: es esta la que se ve ahora en el Pabellon. Tambien es conocido el producto de su prospera actividad en manos de otros museos, como en las de particulares, y en la familia Estrada, los oleos originales que ilustraron los manuales de estudio de la Editorial, iconos de la cultura educativa durante gran parte del siglo XX, tambien presentes en el Pabellon.

Cierre: sabado 15 de mayo

Horario: de lunes a sabado, de 11 a 19 hs.

Entrada libre y gratuita

Pabellon de las Bellas Artes – UCA

Alicia M. de Justo 1300, PB