La primera jornada del Congreso Futuro Iberoamericano convirtió a Madrid en el epicentro del debate sobre el futuro de la democracia, las transformaciones digitales y la protección de los neuroderechos. El encuentro, organizado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Fundación Encuentros del Futuro (FEF), reunió a líderes políticos, científicos y pensadores para analizar el papel de Iberoamérica en un contexto marcado por la aceleración tecnológica y los desafíos democráticos. Durante la sesión inaugural, Andrés Allamand, Secretario General Iberoamericano, subrayó que «una sociedad que asume que no puede influir en su futuro es una sociedad inoperante», haciendo un llamamiento a fortalecer la capacidad de acción colectiva.
En el panel sobre gobernanza global, Josep Borrell, ex Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, advirtió sobre la necesidad de «recuperar el aprecio por la democracia en un debate público sumido en un griterío que fomenta el desapego de lo colectivo». Por su parte, Susana Malcorra, exministra argentina, defendió un multilateralismo renovado y aseguró que la región cuenta con el talento para liderar una «Naciones Unidas 2.0». En el ámbito mediático, Clara Jiménez, periodista experta en desinformación, alertó que las fuerzas democráticas están empezando a aceptar la desinformación «como una herramienta viable».La inteligencia artificial y su impacto social centraron varias intervenciones. Guido Girardi, creador del Congreso Futuro en Chile, advirtió sobre el riesgo de que la IA sustituya las capacidades humanas y defendió la necesidad de preservar la democracia frente al avance del posthumanismo. El filósofo José María Lassalle abogó por un modelo iberoamericano de IA que gestione la complejidad social y critique el «extractivismo de los datos humanos» del capitalismo algorítmico. En el panel de economía digital, Trinidad Jiménez, directora de Estrategia Global de Asuntos Públicos de Telefónica, manifestó su tecno-optimismo: «La tecnología aumenta nuestras capacidades, crea oportunidades y bien utilizada desarrolla el pensamiento crítico».La protección de los neuroderechos emergió como tema crucial. Mariano Sigman, neurocientífico y divulgador argentino, señaló que «aquello que nos hace humanos y el derecho a ser quien somos está ahora en cuestión» debido al avance tecnológico. Girardi insistió en la urgencia de legislar sobre neuroderechos ante la posibilidad de que «unos millonarios de Silicon Valley que miran sus intereses» manipulen el cerebro humano. El neurobiólogo Rafael Yuste, en una intervención por vídeo, definió los neuroderechos como extensiones de los derechos humanos, incluyendo la privacidad mental y la protección contra la manipulación mediante dispositivos neurotecnológicos.Más información sobre el evento y su programación completa está disponible en: http://www.congresofuturo.es









