Los niños son los más vulnerables a contraer meningitis debido a que no tienen completamente desarrollado su sistema inmune. Las colonias de vacaciones, los espacios de recreación y lugares cerrados son propicios para la transmisión de la meningitis ya que el contagio se produce al compartir objetos como vasos, golosinas, toallas, chupetes, y juguetes en donde los chicos entran en contacto directo con las secreciones respiratorias o la saliva que se expulsa al hablar, toser o estornudar. Además, los lugares cerrados con falta de ventilación aumentan la posibilidad de contagio.
La vacunación es la mejor garantía de protección para la meningitis que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las diez enfermedades principales del ser humano y debe ser considerada una emergencia infectológica.
La meningitis es la inflamación de las meninges, que es el nombre que
reciben las membranas que recubren el sistema nervioso central, es decir, el
cerebro y la médula espinal. Las meninges están bañadas en el líquido
céfalo-raquídeo. Existen diversas causas que ocasionan la inflamación de las
meninges. Entre las infecciosas, los virus y las bacterias son las más
frecuentes. El problema radica en que no es fácil diferenciar si la
meningitis es viral o bacteriana. Por eso, en todos los casos debe
realizarse una punción lumbar para extraer una muestra del líquido
cefalorraquídeo, que es lo que permite hacer un diagnóstico de certeza.
La meningitis C, uno de los tipos de meningitis bacteriana producida por el meningococo C, es una enfermedad contagiosa, un tipo de meningitis producida por la bacteria Neisseria meningitidis del serogrupo C. Por lo común, afecta a niños menores de un año y de entre 1 y 5 años. La vacuna antimeningocócica conjugada C proporciona una protección inmunológica preventiva de la enfermedad.
Los niños y jóvenes, los más vulnerables
Las estadísticas dicen que en períodos no epidémicos, el 25% de los afectados por la meningitis son menores de 1 año, el 50% menor de 3 años y el 80% menor de 15 años. La meningitis es una enfermedad que se trasmite por contagio, pero puede prevenirse con la aplicación de la vacuna a tiempo. Países como Gran Bretaña, Holanda y Australia la han aplicado masivamente en la población pediátrica, disminuyendo los casos de esta temida inflamación de las meninges.
Todos los programas de inmunización contra la meningitis por meningococo C desarrollados en Europa desde 1999 han probado ser muy efectivos. Holanda es el primer país en introducir un programa de vacunación contra la meningitis por meningococo C para chicos de 14 meses. A lo que se sumó también otra campaña de vacunación orientada a prevenir la enfermedad en niños entre 1 y 18 años. El resultado fue que se alcanzó un 94% de cobertura de la vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada C, en total 3.5 millones de niños y adolescentes inmunizados. Además, en ambos grupos de edad vacunados, la incidencia de la enfermedad se redujo en un 90%, sin un solo caso de fallas en la calidad de las vacunas.
Síntomas para diagnosticar la enfermedad
“La meningitis por meningococo C, uno de los tipos de meningitis bacteriana, es una enfermedad contagiosa, producida por la bacteria Neisseria meningitidis del serogrupo C. El hábitat natural de las bacterias que provocan la meningitis por meningococo C, es la cavidad nasofaríngea, es decir, la garganta y la nariz, pero sólo en algunas personas penetra en el cuerpo y produce la enfermedad. Los síntomas de la enfermedad son: fiebre y escalofríos, dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos, cuello rígido, sensibilidad a la luz y alteración del estado mental. Dada su veloz evolución, requiere de atención médica inmediata ya que sin tratamiento puede causar la muerte en menos de 24 horas. También puede haber síntomas adicionales que se asocian a esta enfermedad, como disminución del estado de conciencia, respiración rápida, inquietud, alimentación deficiente o irritabilidad en los niños.” comentó el Dr. Hugo Paganini – Médico Infectólogo Pediatra, Hospital Nacional de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”. Se asocia a brotes y prevalece en gran parte del mundo, aunque en los últimos años ha mostrado un notable crecimiento en Europa y Canadá.
Una vacuna eficaz para proteger a los chicos y los adolescentes
Para prevenir la meningitis por meningococo C, Argentina cuenta con la vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada C. Está indicada para la inmunización activa de bebes a partir de los dos meses, niños, adolescentes y adultos. La vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada tipo C ha mostrado resultados en términos de eficacia, tolerabilidad y seguridad, datos que se probaron en investigaciones clínicas y con la campaña de vacunación masiva llevada a cabo en el Reino Unido en grupos de riesgo en 1999. En dicha campaña, la incidencia de meningitis por meningococo C se redujo un 90% en niños menores de un año y en jóvenes de 15 a 17 años. La reducción de la incidencia de la enfermedad en la totalidad de la población vacunada fue superior al 75%. Esta vacuna estimula la respuesta de las células inmunodependientes T, que producen memoria inmunológica, proporcionando protección a largo plazo. En Argentina se producen entre 200 y 300 casos de meningitis por meningococo por año. Entre el 10 y el 15 % de los niños que enferman por meningitis fallece en los primeros días.
“En Argentina, alrededor del 20% de los casos de meningitis bacteriana que se presentan son meningocócicas y de estos el 20% corresponden a meningococo C. (Fuente: Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud e Instituto Malbrán). Este tipo de meningitis puede dejar graves secuelas tales como discapacidad mental, o incluso provocar la muerte.” agrega el Dr. Hugo Paganini – Médico Infectólogo Pediatra, Hospital Nacional de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan.”
La acción de la vacuna
La vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada C sirve para prevenir, de manera segura y efectiva, la manifestación del meningococo del grupo C. Al ser “conjugada” presenta varias ventajas, una de las más importantes es que se puede utilizar a partir de los 2 meses de vida, se puede administrar junto a otros antígenos como la vacuna séxtuple u otras, así como con la vacuna de sarampión, rubéola y parotiditis si la vacuna antimeningocócica se aplicara al año de vida. También al ser conjugada une los azúcares de la cápsula a una proteína. Los azúcares de la cápsula son los responsables de estimular la protección de anticuerpos para neutralizar la bacteria y evitar la enfermedad en el caso que ataque al organismo, de allí que se la llame conjugada. Su presentación es en jeringa prellenada, libre de látex.
Otra principal ventaja de esta nueva vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada tipo C es que previene la enfermedad justamente en la edad donde la tasa de incidencia de la enfermedad en la Argentina es más elevada. Además, permite que todas aquellas personas que fueron vacunadas desarrollen “memoria inmunológica”. Es decir que luego de ser administrada, el organismo ya está capacitado para producir rápidamente más anticuerpos al estar en contacto con la bacteria.
La aplicación de esta vacuna es recomendada especialmente en forma preventiva prioritariamente a todas aquellas personas que tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad por meningococos del grupo C (inmunodeficientes, esplenectomizados, enfermedades hematológicas), y también a todas las personas sanas que son susceptibles de desarrollar la enfermedad.
Antecedentes exitosos de la vacuna en niños y jóvenes
Como antecedente, puede contarse la exitosa experiencia del Reino Unido, donde gracias a un programa de inmunización contra la meningitis por meningococo C iniciado en 1999 prácticamente se logró eliminar la enfermedad: no sólo disminuyeron drásticamente los casos sino que la vacuna sigue siendo efectiva aún hoy, cuando ya han transcurrido varios años. La incidencia de la meningitis por meningococo C se redujo un 90 % en niños menores de un año y en jóvenes de 15 a 17 años. La reducción de la incidencia de la enfermedad en la totalidad de la población vacunada fue superior al 75 %. Gran Bretaña fue el primer país en lanzar un plan de vacunación contra la meningitis C, y luego le siguieron otros, como España, Holanda y Bélgica, Australia, donde la respuesta fue la misma.
Los casos se redujeron cuantitativamente. Hoy en día la vacuna antimeningocócica polisacárida conjugada tipo C se encuentra disponible en 35 países entre ellos la Argentina. Ya se han suministrado 17 millones de dosis de inmunización contra la enfermedad.
Otras medidas a tener en cuenta para prevenir la enfermedad
Lactancia materna: es imprescindible para reforzar el sistema inmunológico. Promover la lactancia y preservarla ante las dificultades que pueda presentar, ya que las madres optan por las mamaderas mucho antes de lo aconsejable, que son los seis meses de edad.
Evitar ambientes cerrados: no permanecer en sitios contaminados con gérmenes o viciados de humo de cigarrillo ya que impiden el recambio del aire y favorecen la irritación en las vías respiratorias. Es necesario fomentar la ventilación de los ambientes en lugares con alta concentración de personas.
Cuidar la higiene personal y del hogar: lavarse las manos antes de consumir alimentos y luego de ir al baño. Se debe poner especial énfasis en la limpieza y desinfección de pisos y baños, utilizando agua y lavandina.
Consultar al médico: Por la existencia de cualquier síntoma recurrir a un especialista. Ante la sospecha de que el niño pueda tener meningitis o algunos de los síntomas hay que acudir a un servicio de urgencia o llamar al pediatra, pero nunca darle medicamentos por cuenta propia.