Hoy, el Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller en el Atlantic Council publicó «Ciudades calientes, economías frías: impactos del calor extremo en las ciudades globales,» un nuevo informe que detalla los efectos sociales y económicos del calor extremo provocado por el clima a través del prisma de 12 ciudades, que abarcan seis continentes, cubriendo una población urbana de más de 123 millones.
El estudio, realizado en asociación con Vivid Economics, reveló que Buenos Aires pierde actualmente 10.925 millones de pesos argentinos en productividad laboral anual relacionada con el calor, si no se toman medidas para reducir las emisiones o adaptarse aún más al aumento de las temperaturas. Esto representa una triplicación de la producción perdida en términos absolutos y supera todo el gasto público relacionado con el clima en el sector del transporte en toda Argentina. La construcción, la industria manufacturera y el floreciente puerto de Buenos Aires se enfrentan a importantes pérdidas.
«El calor impulsado por el clima está cambiando la forma en que vivimos y trabajamos, pero la conciencia actual de esta amenaza silenciosa e invisible es peligrosamente insuficiente. El impacto desproporcionado del calor en las ciudades nos obligó a cuantificar y explorar las ramificaciones económicas y sociales de nuestro planeta en combustión«, afirmó Kathy Baughman McLeod, vicepresidenta sénior y directora del Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller en el Atlantic Council. «Nuestra esperanza es que estas conclusiones generen conciencia y estimulen más intervenciones de adaptación, políticas e inversiones que refresquen las ciudades y protejan a las personas».
Otras conclusiones clave son las siguientes:
El Gran Buenos Aires está adoptando diversas iniciativas de adaptación como parte del Plan de Acción Climática de Buenos Aires, entre las que se incluyen las siguientes:
Para la elaboración de este informe, solo se examinó un subconjunto de las formas en que el calor extremo puede afectar la economía y la sociedad de una ciudad y se evaluaron los impactos en años «normales» en comparación con años inusualmente cálidos, lo que significa que se proporciona una visión conservadora de los costos sociales y económicos del calor. No se analizaron los impactos ni los costos para la infraestructura, los sistemas de salud, la reducción del aprendizaje y la educación, ni las pérdidas resultantes de la interrupción de las actividades de negocios.
El Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne-Arsht Rockefeller desarrolla resiliencia individual y comunitaria frente a los impactos climáticos. Nos comprometemos a llegar a mil millones de personas en todo el mundo con soluciones de resiliencia al cambio climático para 2030.
El informe completo y la metodología se pueden encontrar en https://onebillionresilient.org/hot-cities-chilled-economies-buenos-aires/
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