El desarrollo de las vides durante el período de vendimia se caracterizó como el más extendido y suave de las últimas décadas en casi todas las regiones vitivinícolas de Mendoza. En septiembre de 2010, comenzó un lento período de brotación siendo muy parejo planta por planta y aportando las diferencias características de cada cepaje en cada uno de los momentos correspondientes.
Con la llegada de una primavera tibia, se logró el crecimiento uniforme de cada brote alcanzando, en algunos casos, hasta 14 hojas por brote lo que aseguró una muy buena floración y una alta proporción de granos cuajados en los pequeños racimos.
Las excelentes condiciones climáticas del verano permitieron el detenimiento de los brotes y el comienzo del envero, donde toda la plata se concentra en la maduración de sus frutos.
Durante los últimos días de marzo, el otoño típico mendocino se hizo notar, sin lluvias y con temperaturas constantes durante el día pero frescas una vez iniciada la noche. Esta característica favoreció a que se cumplieran con todos los momentos fenológicos que la planta necesita para lograr una vendimia óptima.
Así, bodega Dante Robino alcanzó una temporada exenta de problemas sanitarios, a pesar de su larga duración. En cuanto a los resultados obtenidos, se lograron vinos blancos con una expresión aromática muy marcada donde los aromas cítricos presentan un gran protagonismo, gracias a que el proceso de maduración fue muy lento y armonioso. Este proceso también tuvo su influencia en los tintos, permitiendo caldos de aromas frutados con una estructura atractiva y dulce, colores vivaces y profundos, acompañados de grados alcohólicos moderados.
Los vinos 2011 ya reflejan una calidad sublime en toda la gama de vinos de Bodega Dante Robino, destacándose los Malbec provenientes de Luján de Cuyo y del Valle del Uco y en el Oasis Este , el Syrah y Bonarda de nuestros viñedos de Santa Rosa.