Aumentan las amenazas a la libertad de expresión en Internet

«La libertad de pensamiento, particularmente expresada en la Internet, es cada vez más peligrosa» dijo Bridget Johnson, columnista y comentarista electrónica de Los Angeles Daily News. «El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha estado siguiendo las detenciones de escritores de Internet desde 1997 y el número de 2006 es el más alto que el grupo ha recopilado hasta ahora.

Hoy día uno de cada tres periodistas encarcelados es un comentarista electrónico, editor en línea o reportero en la Red». Según CPJ, 134 periodistas fueron encarcelados en 2006, de esta cifra, 49 trabajaban en Internet.

Los esfuerzos estadounidenses para promover el libre flujo de información van desde el control del acceso a Internet en países en todo el mundo y la inclusión de datos en el Informe Anual por Países sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado hasta la financiación de proyectos de Internet en países en desarrollo. Desde 2004, Estados Unidos ha donado 250 millones de dólares a proyectos que para ayudar en el diseño de sitios Web, proporcionar computadoras, y capacitar técnicos para mantener los sistemas en funcionamiento.

Johnson y otros comentaristas y activistas electrónicos hablaron sobre los crecientes desafíos a la libertad de expresión en Internet en un panel que tuvo lugar el 3 de mayo con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa que se titulaba «El ciudadano periodista: La Internet como herramienta de la libertad de expresión».

El panel fue auspiciado por la Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas e incluía a comentaristas electrónicos de países donde existen restricciones a la prensa y a representantes de organizaciones no gubernamentales.

La prensa estimula el debate, proporciona un foro para la expresión de distintos puntos de vista y obliga a los gobiernos a rendir cuentas por las decisiones que toman, explicó Jeffrey Krilla, vicesecretario adjunto de Estado de Estados Unidos para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo. «Los crecientes desafíos a los que la prensa se enfrenta en el mundo son desafíos a la democracia y la libertad».

La Internet es una de las grandes oportunidades para la expansión de la libertad de expresión, dijo Krilla. «La Internet es una gran promesa, particularmente para el mundo en desarrollo, y los esfuerzos para anular el poder transformador de la Internet deben ser contrarrestados por los gobiernos, las ONG y los ciudadanos de todo el mundo».

Tala Dowlatshahi, directora en Nueva York de la organización con sede en París Reporteros sin Fronteras, dijo que el debate continuado entre algunos representantes de los medios y los legisladores sobre si los comentaristas electrónicos son periodistas y las libertades que estos comentaristas deben gozar es «una pérdida de tiempo».

«Ya es hora de que dejemos de lado la polémica sobre comentaristas electrónicos y periodistas y se reconozca que en muchos países aquellos están luchando mano a mano para defender la libertad de expresión» dijo.

«En términos jurídicos un profesional de las comunicaciones no tiene derecho a más protección que un comentarista electrónico» explicó Dowlatshahi. «La libertad de expresión, al menos en teoría, es algo a lo que todo el mundo tiene derecho independientemente de su estatus. El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos subraya este principio básico».

La Internet ha causado gran revuelo en países donde no se permite la libertad de expresión, indicó Dowlatshahi. Los comentaristas electrónicos pueden ser claves en ambientes represivos donde los medios viven con un constante miedo de los líderes políticos. En Egipto, indicó, fue un comentarista electrónico quien reveló que se estaban llevando a cabo torturas en los centros de detención.

China es el peor lugar para los disidentes cibernéticos, pero otros países como Vietnam, Siria, Túnez, Libia e Irán, no se quedan muy atrás, dijo Dowlatshahi.

Watson Meng, fundador de Boxun News, y profesor de mercadeo en la Universidad de Drexel y Frank Xie, un comentarista electrónico de Boxun News, hablaron de los problemas a los que se enfrentan los comentaristas en China.

En China, los ciudadanos periodistas son importantes, expresó Meng. La información oficial no es confiable y la gente busca buenos sitios de Internet con información de confianza. Desde que Boxun fue fundada en el año 2000, ha sido el principal servicio de noticias chino en línea.

Los gobiernos (incluyendo el de China), las ONG, periodistas y ciudadanos ordinarios componen la audiencia del sitio Web de Boxun, que contiene noticias y 1.400 espacios de comentarios. Sin embargo, indicó Meng, su gran problema es «el gran cortafuegos» que el gobierno chino usa para bloquear este sitio.

Xie añadió que China utiliza la mejor tecnología para su cortafuegos y la está exportando gratuitamente a Cuba, Corea del Norte y Sudán.

Hay alrededor de 137 millones de usuarios de Internet en China (10,5 de la población), según Xie. Uno de los problemas es el costo del acceso a Internet, explicó. Xie predijo que si los costos de acceso se redujeran, el número de usuarios en China sobrepasaría los 210 millones de personas que utilizan hoy día la Internet en Estados Unidos.

Los comentaristas electrónicos «necesitan apoyo internacional en este momento, en el Día Internacional de la Libertad de Prensa», dijo Nora Younis, una comentarista electrónica y activista egipcia. «Necesitamos el apoyo internacional de otros comentaristas electrónicos, académicos, periodistas, intelectuales y de la sociedad civil».

Se calcula que hay alrededor de 8 millones de usuarios de Internet en Egipto, y los comentarios electrónicos cada vez se convierten en un medio de expresión más importante para un país con una población joven. Sin embargo, comentó Younis, hay nuevas restricciones del gobierno que están obligando a los jóvenes comentaristas a practicar la autocensura en sus escritos, algo que nunca habían hecho hasta ahora, o a dejar de escribir completamente.

Haciendo eco de los sentimientos de otros panelistas, comentó Younis, «nosotros como jóvenes, no queremos ir a la cárcel, queremos escribir, queremos participar».