“Con la ayuda de los antimicrobianos, se han producido importantes avances en salud pública en la Región, como la disminución de la tuberculosis, de la malaria, la disminución de la mortalidad por el VIH/Sida, la disminución de la sífilis congénita, y disminución mortalidades infantil y materna debidas a causas infecciosas”, subrayó la Directora de la OPS/OMS, doctora Mirta Roses, durante el evento por el Día Mundial de la Salud que se celebró en Montevideo, Uruguay. “Sin embargo, todos estos avances están seriamente amenazados por el incremento constante en el número de patógenos resistentes a los antimicrobianoss”, añadió.
“Los antibióticos son una verdadera historia de éxito”, afirmó el doctor Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, en un evento en la sede de la OPS/OMS en Washington, D.C. “Pero los microbios desarrollan maneras de eludirlos. Los ejemplos son muchos. La resistencia antimicrobiana se ha convertido en un obstáculo clave en nuestro esfuerzo por controlar varias enfermedades infecciosas importantes para la salud mundial”, indicó Fauci.
La resistencia a los medicamentos es un proceso biológico natural por el cual los microbios adquieren la habilidad de resistir a las drogas diseñadas para matarlos. Los genes resistentes se pasan a nuevas generaciones de microbios, que se vuelven más dominantes hasta que la droga que resiste termina por ser ineficaz.
Los elementos que contribuyen a este proceso pasan por médicos que prescriben antibióticos incorrectamente, personas que compran medicamentos sin recetas y pacientes que no finalizan el tratamiento y dejan de tomar antes los remedios que les recetaron. También son claves las prácticas inadecuadas para controlar infecciones en hospitales y servicios médicos, y el uso generalizado de antibióticos en la producción de alimento para animales.
Combinados, estos factores producen una creciente resistencia entre los microbios que amenaza con dejar atrás el desarrollo de nuevas y más efectivas drogas.
La introducción de nuevos antimicrobianos ha descendido significativamente desde los años 1980 y 1990, comentó el doctor Marcelo Galas, del Ministerio de Salud de Argentina. “Si continúa de esta manera, en poco tiempo no nos quedará nada”, explicó.
La doctora Susan Foster, de la Alianza para un Uso Prudente de los Antibióticos, estimó que la resistencia antimicrobiana cuesta casi 34 mil millones de dólares por año sólo en los Estados Unidos, casi lo mismo que se gasta en diabetes. Esto se debe a que se requieren estadías más largas en los hospitales, medicamentos más caros y también por una creciente necesidad de hacer diagnósticos y análisis. Otros costos indirectos pasan por pacientes con salud débil, discapacidades a largo plazo, aumento de muertes e impacto económico para individuos y familias.
“Detrás de estas estadísticas tenemos que recordar que hay gente real cuyas vidas han sido dramáticamente afectadas”, enfatizó Foster.
Claudia Palacios, periodista y presentadora de noticias de CNN en Español, hizo un relato sobre los efectos de la resistencia antimicrobiana en una pareja de amigos: tras una cirugía de rutina, el joven padre murió por una “superbacteria” que contrajo en el hospital, dejando a su esposa y a su hijo de cuatro meses.
“Siempre que hago informes sobre el uso de medicamentos me acuerdo de esa familia truncada, y procuro hacer que mi teleaudiencia piense en las graves consecuencias que puede tener un acto tan simple como llevarse un antibiótico a la boca”, explicó Palacios. “Aparentemente es la solución más rápida ante una dolencia, pero mal usado, es un atentado contra la propia vida y la de los demás”, indicó.
En la región de las Américas, los principales problemas vinculados a la resistencia antimicrobiana pasan por:
- Los patógenos multiresistentes, que en algunos países ocasionan más muertes al año que el VIH/Sida, la influenza y los accidentes de tráfico juntos
- Las infecciones adquiridas en la comunidad, especialmente cierto tipo de infecciones urinarias o respiratorias que ya no responden a los antibióticos de rutina y requieren medicamentos complejos y caros.
- La tuberculosis multidrogorresistente, que ahora afecta a todos los países de la Región, y tuberculosis extremadamente resistente, que ya se han detectado casos en la mayoría de los países y para la cual no hay tratamiento eficaz.
- La sensibilidad frente a la ampicilina y al trimetroprimesulfametoxazol está disminuyendo de forma constante y, actualmente, estos antibióticos no se pueden emplear para el tratamiento empírico de la disentería.
- La resistencia a la cloroquina desarrollada por el parásito P. falciparum, que ahora requiere un tratamiento más costoso.
- Cerca del 15% de las personas con VIH en tratamiento en la región ya están tomando medicamentos de segunda o tercera línea. Estos medicamentos pueden ser hasta cien veces más caros que los de primera línea. El aumento de la resistencia del VIH implica un desafío para los programas de acceso universal en los países de menores recursos.
Para evaluar estos problemas, la OPS/OMS ha estado trabajando con países de las Américas, para mejorar los sistemas regulatorios de medicamentos, reforzar la vigilancia y la capacidad de los laboratorios, asegurar el acceso a medicamentos esenciales de buena calidad, mejorar la prevención y el control de la infección, y promover la investigación y el desarrollo.
Un componente clave de este trabajo es la promoción de la seguridad del paciente a través de iniciativas de la OPS/OMS, como por ejemplo, “Atención Limpia es una Atención Segura” y la llamada “Cirugía Segura Salva Vidas” enfocada al persona quirúrgico.
“Más del 50 por ciento de las infecciones adquiridas en hospitales se pueden prevenir”, explicó el doctor Orlando Urroz, de la Caja Costarricense del Seguro Social. “Necesitamos enseñarles a nuestros pacientes y trabajadores de los servicios de salud medidas simples y eficientes en cuanto a costos, para prevenir infecciones y mejorar la calidad de la atención”, indicó.
Para monitorear la emergencia de la resistencia antimicrobiana, la OPS/OMS respalda la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana, establecida en 1996. Esta red cubre 21 países desde Canadá hasta Chile e incluye 21 laboratorios de referencia y 521 sitios centinelas que recolectan información sobre la resistencia a los medicamentos a lo largo del continente.
Como parte de la campaña de este año del Día Mundial de la Salud, cuyo tema es “Si no actuamos hoy, no habrá cura mañana”, la OPS y la OMS convocaron hoy a todos los países a adoptar un paquete de seis puntos de políticas públicas para combatir la resistencia antimicrobiana.
“La resistencia antimicrobiana no es un fenómeno que asoma en el horizonte: ya está aquí hoy”, aseveró el Director Adjunto de la OPS/OMS, doctor Jon Andrus, que añadió: “Recordemos que sólo trabajando todos juntos podremos combatir la resistencia antimicrobiana, y llamemos la atención sobre la advertencia de que si no actuamos hoy, no habrá cura mañana. Ninguno de nosotros quiere que eso ocurra”.
La OPS/OMS se estableció en 1902 y es la organización de salud pública más antigua del mundo. Colabora con todos los países de la Región de las Américas para mejorar la salud y calidad de vida de las personas del continente y su secretaría actúa como la Oficina Regional para las Américas de OMS.