El evento contó con la participación de Wesley Gill, Executive Lead Risk Management de SAS, un experto que brindó, a los ejecutivos de más de 40 instituciones financieras locales, un panorama del mercado y de cómo una adecuada estrategia de administración de riesgo ayuda a obtener un mayor impacto financiero en su negocio.
Desde la implementación de Basilea II, a mediados de 2004, los inversores disponen de una información más completa y detallada sobre cada identidad y el nivel de riesgo asumido. Como consecuencia del acuerdo, se delimita el volumen de capital que debe tener un banco en función de los riesgos que tiene contraídos.
Gill cuenta con más de 20 años de experiencia en administración de riesgo, entre lo que se incluye su gestión en uno de los cinco bancos más importantes de Canadá donde fue Secretario de Riesgo y Capital, Políticas y Estándares, además de ejecutivo líder del proyecto Banca Global Basilea II.
Respecto a la etapa en la que se encuentra la Argentina, Gill opinó que “Basilea II se encuentra en un período embrionario en la Argentina. Los Bancos y las entidades financieras se están dando cuenta que más allá de la obligatoriedad, Basilea II implica una gran ventaja competitiva, ya que los inversores se sienten más seguros a la hora de invertir grandes sumas de dinero. Contando con las garantías ofrecidas por la norma, las operaciones realizadas son mayores, ya que el riesgo de inversión es menor”.
SAS Credit Risk Management es una solución que permite evaluar con precisión las pérdidas potenciales por riesgo de crédito. El alto Directivo de la compañía afirma qué “a través de esta solución, se puede calcular la exposición a riesgos actuales y potenciales, incorporar la probabilidad de incumplimiento, mejorar la asignación de capital tanto regulatorio como económico y cumplir con los requisitos de publicación de informes de riesgo de crédito, entre otros beneficios”.
Gill considera que lo más importante en la administración de riesgo y en el cumplimiento de Basilea II, son los datos. “Una buena gestión de riesgo se basa en datos. Las entidades tienen que asegurarse una excelente calidad y cantidad de datos ya que hay estudios que requieren de información de siete y hasta diez años de antigüedad. Hay que tener un control interno y externo muy exhaustivo para garantizar la eficacia de la solución”. De acuerdo con el cumplimiento de una gestión global de riesgo de crédito aseguró que “se detectan fraudes de todo tipo, tanto de empleados, como en préstamos a particulares, en la utilización de las tarjetas de crédito y en las hipotecas”.