El acontecimiento se encuentra dentro del marco de la certificación medioambiental planificada por la corporación. Para poder alcanzar este objetivo, Ricoh Argentina planteó como una de sus metas la disminución del consumo de energía y combustible, junto con la clasificación de residuos y el reciclado de papel. Otro de los pasos importantes en este proceso fue la modificación edilicia que la sede enfrentó para preservar tanto el medio ambiente como el patrimonio de la empresa.
El objetivo por alcanzar la certificación está en consonancia con el compromiso constante que la compañía tiene a nivel mundial con la preservación de los recursos medioambientales. La política de Ricoh Argentina orienta todas las acciones de la empresa hacia cuatro puntos fundamentales: conservación de los recursos, reciclado, ahorro de energía y la prevención de la contaminación.
En el marco del proceso por adaptarse a los niveles que exige la norma ISO 14001, se construyó un depósito de residuos, donde se clasifican para luego disponer de estos según su tipo, como el papel, que va al Programa de Reciclado de Papel del Hospital Garrahan. El tóner, que legalmente no es considerado tóxico y se podría tirar a la basura, es ahora catalogado como residuo especial y descartado para incinerar. A su vez se disponen 80 litros de agua con químicos por mes, que antes eran arrojados a la cloaca por ser un volumen permitido por la ley. En la actualidad se acumulan en un tambor y se envían a incinerar a través de una empresa especializada.
Otras refacciones que se aplicaron con el objetivo puesto en lo establecido en la norma ISO, y que beneficiaron el ambiente laboral, fueron la medición de la iluminación con la que se trabaja, la regulación de la emisión de gases dentro de la empresa, la organización estratégica de las oficinas y el reordenamiento de los depósitos.