La contundente imagen del glaciar Viedma, prácticamente desaparecido en relación con la vista que presentaba en 1930, sirvió de marco para que Greenpeace renovara su llamado de atención sobre el dramático proceso de calentamiento global al mismo tiempo que reclamó la adopción de urgentes medidas en materia de eficiencia energética.
El glaciar Viedma pertenece al sistema Hielo Continental Patagónico Sur (HPS) que cubre la cordillera austral a lo largo de 350 kilómetros. De este campo se desprenden 13 grandes glaciares y 190 glaciares menores.
El director del Instituto Argentino de Nieves, Glaciares y Ciencias Ambientales de Mendoza (IANIGLIA) e investigador del CONICET, Ricardo Villalba, quien participó de la expedición en la que Greenpeace documentó el retroceso del glaciar Viedma, señaló que “en los últimos 20 años los glaciares a lo largo de patagonia han disminuido en su extensión entre un 10 por ciento y un 20 por ciento”.
Según Villalba, “de continuar estas tendencias, que se esperan que aumenten durante los próximos años, muchos de los glaciares más pequeños de la Patagonia podrían desaparecer en los próximos 20 o 30 años”.
El Glaciar Viedma es un ejemplo representativo de lo que está sucediendo en todos los glaciares del Sur, la pérdida de masa resulta evidente cuando se comparan las imágenes fotográficas de 1930 con las actuales. Según estimaciones científicas, el Glaciar Viedma ha perdido volumen en su relación masa/ altura, en aproximadamente 50 metros de espesor y cerca de 1 kilómetro en longitud. Una situación similar había sido registrada en imágenes por Greenpeace en el año 2004 en relación con el Glaciar Upsala.
“Los glaciares son un verdadero termómetro del Cambio Climático, el impactante estado actual del Glaciar Viedma marca la tendencia que irreversiblemente tendrán los glaciares en la Argentina de continuar el aumento de la temperatura global de la Tierra”, explicó Rosario Espina, coordinadora de la Campaña contra el Cambio Climático de Greenpeace Argentina.
Al mismo tiempo que la organización destacó la situación de retracción de los glaciares reclamó por la adopción de medidas de mitigación del Cambio Climático, particularmente en materia de eficiencia energética, tal como lo está haciendo actualmente por la prohibición de la comercialización de las lámparas incandescentes para el año 2010.
“El Cambio Climático nos obliga a actuar rápidamente y con contundencia, no tenemos demasiado tiempo, por eso reclamamos la prohibición de las lámparas incandescentes”, explicó Espina. “Las bombitas incandescentes son un despilfarro de energía y una contribución al Cambio Climático dada la enorme cantidad de energía que utilizan”.
A finales del año pasado la Organización Meteorológica Mundial confirmó que la década 1998-2007 había sido la más cálida registrada hasta ahora y según los datos publicados por el Goddard Institute for Space Studies (NASA), el año 2007 superó a 1998 como segundo año más cálido registrado hasta ahora, con una temperatura promedio global de 14,57° C. La temperatura promedio global de 2007 se ubica en 0,8°C por encima del promedio entre 1881 y 1910 (pre-industrial).
“Al mundo le quedan ocho años para revertir la actual tendencia de aumento de las temperatura global. Si no se adoptan medidas urgentes en el corto plazo, atravesaremos un límite muy peligroso al provocar un aumento de mas de 2°C respecto de las temperaturas preindustriales”, sostuvo Espina.
Greenpeace propone alcanzar una reducción global de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del 50% para el año 2050 para lograr la estabilización climática durante este siglo. Esa reducción de emisiones debe comenzar rápidamente para que el máximo de la elevación de la temperatura global no supere los 2°C, ese pico de temperatura debería ocurrir antes del 2015 y comenzar a descender y estabilizarse durante el resto del siglo.
“Para lograr estas metas es imprescindible que las acciones en los próximos años sean drásticas en materia de reducción de emisiones, la eficiencia energética es una herramienta poderosa que permite lograr reducciones en el corto plazo”, destacó Espina.
A nivel global, la organización reclama la continuidad del Protocolo de Kyoto y que se adopten severas medidas de reducción para el año 2020 en el mundo industrializado al mismo tiempo que la demanda creciente de energía en los países en desarrollo debe satisfacerse del modo más eficiente y adoptando las tecnologías más modernas, como es el caso de las tecnologías de iluminación de bajo consumo.