De niños, una hermana dona un riñón a su hermano agonizante. Ambos sobreviven, pero a un costo enorme. Pocas familias conocen orden más disfuncional que ésta. Años más tarde, la hermana vuelve de Miami y reclama lo que es suyo. De más está decir que la negociación es pesadillesca, y que toda lucidez es esporádica. Habrá que encontrar un orden allí donde no lo hay.
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