El Ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, Ing. Raúl Rivara y el Director Provincial de Saneamiento y Obras Hídricas, Ing. Daniel Corolli, acompañados por el Ing. Rubén Rodríguez de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Avellaneda y por los expertos Ingeniero Pablo Bronstein y Doctor Ángel Menéndez de dicha casa de estudios, presentaron en las instalaciones de Expoagro un video ilustrativo de los alcances y potencialidad del Modelo Matemático Hidrológico para la Planificación y Gestión de Obras en la Cuenca del Río Salado, elaborado por aquella institución por convenio con el Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios y el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia.
El documento presentado a la consideración pública resume doce meses de trabajo de un equipo interdisciplinario que en las áreas de la hidrología, la hidráulica aplicada, la modelización matemática, la ingeniería agronómica, la climatología, los recursos naturales y el medio ambiente, la información geográfica y la economía, la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Avellaneda, puso a disposición para la elaboración del proyecto. La aplicación del modelo posibilita la identificación de las obras más apropiadas para atenuar los efectos de las crecidas y las sequías que, periódicamente, castigan a la Provincia de Buenos Aires en general y a la Cuenca del Salado en particular. La Cuenca del río Salado, que abarca 170.000 hectáreas, representa más de la mitad de la superficie de la Provincia de Buenos Aires. Su producción se ubica entre el 25% y el 30% de los totales nacionales de carnes y granos y alberga una población cercana al millón y medio de habitantes. En los conceptos de la UTN, «este espacio natural, económico y social tiene una amenaza potencial que lo torna fuertemente vulnerable: las inundaciones. y las sequías. Disminuir esa vulnerabilidad es la condición fundamental para el desarrollo integral de la región.»
PARA MITIGAR LOS EFECTOS DE
INUNDACIONES Y SEQUÍAS
La UTN plantea que la mitigación de los efectos de las inundaciones y las sequías en la provincia de Buenos Aires no es de resolución sencilla, por cuanto las condiciones geomorfológicos del río Salado no lo hacen apto para transportar hacia el océano los excesos hídricos, especialmente en determinadas condiciones de saturación del subsuelo. Estos excesos potenciales alcanzarán su pico máximo, dice la UTN, cuanto a los derrames extraordinarios originados en el noroeste de la Provincia, en las nacientes del río, se sumen los que podrían provenir de las provincias limítrofes y que llegan por escurrimiento libre y los de otras subcuencas que le entregarán sus aportes a lo largo de su curso, una vez construidas las obras de conducción proyectadas. La UTN plantea que, consecuentemente, la capacidad natural de conducción del río tiene que ser ampliada a través de obras de dragado, las que ya han dado comienzo en su curso inferior bajo la responsabilidad de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hídricas. La documentación puesta a consideración por aquella Universidad en las jornadas, indica que resulta imprescindible asegurar el ritmo y continuidad de las obras de dragado ya que «constituye la primer condición para la eficacia del sistema». Según la UTN, es necesario que las obras de dragado y canalización se efectúen hasta las mismas nacientes del río, cumpliendo estrictamente los protocolos ambientales internacionalmente aceptados. Una vez garantizada la evacuación de los excedentes hídricos, puede enfocarse la planificación, la programación y la ejecución de las obras de mitigación de las inundaciones en las áreas productivas involucradas sobre bases firmes.
Conjuntamente con las obras que se realizan para el manejo de las excedencias, se diseñan y construyen obras de control, que tienden a morigerar el efecto de las sequías y la evacuación de las aguas.
Es justamente este proceso el que requiere de un modelo matemático hidrológico que resulte apropiado para determinar las obras a ejecutar del tipo del preparado por la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Avellaneda. La modelación matemática integra, básicamente, el clima, las condiciones de saturación del subsuelo, el tapiz vegetal del suelo y la topografía regional, decisiva para proyectar la red de escurrimiento que habrá de ser construida en la búsqueda de desaguar al río Salado los excedentes hídricos que obstaculizan las condiciones normales de producción.
Una pieza fundamental de este proceso lo constituye la elaboración del Modelo Digital del Terreno, lo que obliga a recurrir a la utilización del «radar satelital» que capta cuadrículas de 80 m por 80 m. con precisión de decímetros. Esto posibilita establecer el «camino del agua» de forma secuencial, para así poder diseñar la red óptima de escurrimiento. El modelo digital del terreno, entonces, permite definir las pendientes, visualizar la morfología regional, los detalles de su relieve, los gradientes del terreno y, por cotejo con la simulación de su saturación, determinar con precisión los bajos para trazar, finalmente, los flujos de agua y delimitar las subcuencas tanto en el nivel de una subregión (la A1, por ejemplo) como para la cuenca del Salado en su conjunto. Su confiabilidad se confirma a través del cotejo de una situación conocida con otra simulada en gabinete, tal como fue expuesto por la UTN en las instalaciones del Ministerio de Asuntos Agrarios en Junín.
Con el modelo digital del terreno y el examen de las inundaciones según la recurrencia de lluvias que aumentan las superficies anegadas, se puede diseñar las obras que disminuyen la vulnerabilidad de las áreas productivas: la sistematización de cañadas, las obras de conducción y las de regulación. Los resultados más trascendentes de la construcción de estas obras diseñadas a través de la modelización matemática – hidrológica serán la disminución del área afectada por las inundaciones por un lado y el tiempo de permanencia del agua en los campos, por otro. Este doble efecto es el que permitirá la generación de significativos beneficios económicos, sociales y ambientales el que será mayor cuanto más completa y adecuada sea la red de canales secundarios que se construya. La UTN enfatizó que debe evitarse por todos los medios la realización de obras no autorizadas y que, consecuentemente, los modelos matemáticos también deben ser utilizados para que las obras a realizar por particulares tengan el sustento técnico adecuado y sean compatibles con el plan troncal de carácter público.
Un punto fue destacado especialmente y es que la modelización matemática permite también diseñar los esquemas de gestión de las obras hidráulicas construidas, punto crucial para asegurar la sostenibilidad de sus efectos beneficiosos en el tiempo y en el espacio y atender, anticipadamente, las circunstancias críticas. En el caso de la subregión A1, cuyas obras se encuentran en proceso de finalización, la Universidad Tecnológica Nacional preparó para la DIPSOH un plan de gestión de las obras, que contiene mecanismos de alarma, control y operación de la laguna de Mar Chiquita en función del monitoreo del estado hídrico de la cuenca, lo que permitirá anticipar sus consecuencias y poner en marcha la operación del sistema de obras. Combinando el pronóstico de lluvias, la medición de la conducción de los canales y del estado de humedad de la cuenca y el porcentaje de áreas anegadas a través de información satelital, se ha establecido un sistema de señales que permite establecer anticipadamente las condiciones críticas. Este plan de contingencias posibilitará la operación, entre otras cosas, del sistema de compuertas.