De esta manera, Argentina se convertirá en el primer país en Latinoamérica en implementar esta tecnología de avanzada que ya existe en Europa y Estados Unidos desde el año 2003.
«A partir de los 40 años, la mayoría de la gente comienza a notar que debe alejar cada vez más los objetos para poder verlos claramente. Esto se va acentuando hasta que ya no le alcanza el largo de sus brazos para leer un libro o el diario. Este es el resultado de un proceso denominado presbicia, y las lentes multifocales FreeForm vienen a solucionar este problema.», sostiene Diego Stabile, Presidente de OPULENS.
Las lentes multifocales personalizadas tienen como principales ventajas los diseños asféricos, que aportan una mejor agudeza visual, mínima distorsión y la posibilidad de contar con lentes más pequeñas, delgadas y livianas. Además integran varias graduaciones en un solo cristal y permiten al usuario una visión correcta tanto de lejos como visión intermedia y cerca en función de la parte de la lente por donde se mira.
«Ahora las lentes se adaptan al paciente en función de sus características visuales, al contrario de las lentes multifocales convencionales en donde los pacientes deben adptarse a ellas.», agrega Stabile.
Corrigen además, otros problemas visuales frecuentes como son la insuficiencia de acomodación (el sistema ocular tiene menor capacidad para adaptarse a distintas distancias y se cansa la vista o duele la cabeza), la seudoafaquia (operados de cataratas con mala visión de cerca) o ciertos casos de estrabismo.
«Gracias a esta tecnología, el mercado argentino hoy tiene la más alta calidad de productos internacionales.», concluye Stabile.