En una autentica vidriera, se podrá recorrer Argentina a través de cada Casa de Provincia, donde lo mejor de la gastronomía, cultura y turismo, podrá disfrutarse en la Noche del próximo jueves, a través de un recorrido de circuitos que abarca a todas las representaciones del interior del País, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Bajo el lema Recorre tu país en una noche se realizará esta V Edición de la gran celebración anual que contará con shows, música en vivo, arte, gastronomía, muestras y numerosas propuestas culturales y turísticas, mediante las cuales el público podrá conocer y disfrutar la diversidad y riqueza de propuestas de todo tipo que ofrece el interior del País.
Organizada por el Consejo Federal de Representaciones Oficiales (Confedro), la velada que recorrerá regiones de todo el País, se agrupará en tres circuitos por su cercanía geográfica. El primero agrupa a las casas de las provincias de Santiago del Estero,Santa Cruz,Santa Fe, Corrientes, Neuquén, Tierra del Fuego y Tucumán. El segundo aglutina a las de Jujuy, Misiones,Entre Ríos,San Juan,La Pampa, Salta y Chubut y el tercero aSan Luis, Catamarca, LA RIOJA, Mendoza, Buenos Aires, Córdoba y Chaco.
Esta gran fiesta de las Casas de Provincia, cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Consejo Federal de Inversiones (CFI).
La entrada será libre y gratuita y habrá además diversos escenarios donde los asistentes podrán disfrutar de diversos recitales y números artísticos. Un recorrido con lo mejor de la producción, cultura y turismo. Lo mejor de la vitivinicultura, olivas y nogales se podrá degustar en Callao 745, donde la música de “Los Chayeros”, y la muestra pictórica de María Angeles Martín, será el marco escenográfico de esta noche de fiesta que los riojanos proponen en la Capital de la República.
Importantes empresas acompañarán esta gran fiesta riojana en Buenos Aires, Promas SA, Emprendimientos del Norte SRL con Petrus, Hilal Hnos, Cooperativa La Riojana, Bodegas La Puerta, Chañarmuyo y de Aminga con su Febrero Riojano, además de la Asociación de Productores Nogaleros. Un destino que enamora todo el año
Pertenecer al cordón montañoso del Cerro del Velasco le impregna a La Rioja, un singular atractivo por la particularidad caprichosa, que naturalmente le otorgan las figuras montañosas que además se conjugan con una paleta de colores que atrae al visitante proporcionándole una imaginaria distinta, a cualquier otro atractivo.
Aun de naturaleza indómita y un viaje a los orígenes con mucho mas por descubrir, esta ciudad fundada en 1592 por Don Juan Ramírez de Velasco a su merced de la corona española, inscribe su historia de la cultura indígena donde las divinidades diaguitas se entremezcla con lo arraigado desde el catolicismo. Tierra fiestera y religiosa, de tradiciones populares muy arraigadas que se alegra en la tradición popular de sus rezos, se emociona ante el Niño Alcalde en el Tinkunaco, peregrina a las Padercitas, exulta con corazón de niño en sus Navidades, canta, vibra y ríe en la Chaya.
Belleza, colorido y honda religiosidad representa uno de los acontecimientos más significativos que se celebra cada 31 de diciembre, cuando al promediar el mediodía y en una sentida manifestación de fe y compromiso cristiano, la feligresía revive el Tinkunaco o “Encuentro de Dios con el Pueblo”, trascendiendo lo que la historia pueda relatar. E igual magnitud adopta la Navidad que no sólo evoca el Nacimiento del Niño Dios y adopta peculiaridades conjugados con sentimientos ancestrales que van ayornándose a las expresiones que afloran en los adornos del pesebre.
Cada febrero, los riojanos recuerdan la Chaya y su protagonista principal Pusllay o Pujllay que reúne a familias íntegras en torno a esta fiesta pagana de origen quechua donde hombres “compadre” y mujeres “cumas” en topamiento rememoran tributo al culto agrario de los diaguitas de enterrar a esta divinidad que personificado en trapo recuerda ofrecer a la naturaleza para un nuevo ciclo de vida, donde el agua que se utiliza para rociar o mojar, tal cual la voz quechua en chaya, es símbolo de nacimiento en montañas y valles, ya sea ríos, lluvias o rocío.