Científicos argentinos especializados en investigación biotecnológica del laboratorio desarrollaron esta nueva vacuna que representa un importante avance en la prevención de esta peligrosa enfermedad.
Los esquemas de vacunación convencionales contra el virus de la hepatitis B que se aplican hasta el momento utilizan un total de tres dosis: la segunda dosis un mes después de la primera y la tercera, a los seis meses. Las estadísticas de un estudio realizado en el Hospital Nacional Prof. A Posadas de Buenos Aires muestran que menos del 20% de los pacientes completan el proceso de vacunación con la consecuente falta de protección.
Frente a esta problemática de Argentina, el laboratorio enfocó sus investigaciones en la búsqueda de una eficiente solución que permitiera mejorar la prevención a partir de una vacuna de menos dosis pero con la misma eficacia.
La investigación en biotecnología del Laboratorio Cassará permitió el adelanto tecnológico de esta nueva vacuna a partir del desarrollo en Estados Unidos de un nuevo «adyuvante» que aumenta la inmunogenicidad (capacidad de generar anticuerpos) de forma tal que con la nueva vacuna la persona queda efectivamente protegida con la aplicación de sólo dos dosis de la misma, separadas por 30 días; se aplica una primera dosis y al mes la segunda y última, completando así el esquema de vacunación. Este avance es de vital importancia dado que los estudios estadísticos realizados entre el 2000 y el 2002 en poblaciones que iniciaron el plan de vacunación con los esquemas de vacunación convencionales de 3 dosis demostraron que menos del 20% llegó a aplicarse la tercera dosis (a 6 meses de la primera). Esto implica un riesgo debido a la falta de protección que esto significa ya que al no completar las 3 dosis indicadas no puede asegurarse el nivel de seroprotección necesario para prevenir la Hepatits B.
Cabe destacar que la vacuna de 2 dosis desarrollada por Cassará es la primer vacuna a nivel mundial que previene la Hepatitis B con un esquema de vacunación de sólo 30 días, y que la falta de adherencia al esquema de vacunación de 3 dosis convencionales no es patrimonio único de Argentina, sino que es un problema internacional.
La «Hepatitis B» causa 3.000 muertes por año en Argentina y más de un millón en el mundo. Se estima que hay alrededor de 350 millones de portadores en el mundo. Las personas con «Hepatitis B» tienen el virus en la sangre y en los líquidos del cuerpo (saliva, semen, orina y leche). La enfermedad afecta al hígado y puede producir una infección crónica, cirrosis hepática, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. La mayoría de las personas que requieren de un transplante de hígado han sufrido esta enfermedad.
Las formas de transmisión de la enfermedad incluyen:contacto sexual, es considerada 100 veces más contagiosa que el SIDA; contacto con sangre contaminada; aplicación de objetos punzantes en el cuerpo (aros, tatuajes, etc.); durante el embarazo, de madre a hijo; a través de saliva y sudor.
En 1995, a través de un Joint Venture con un laboratorio alemán, Laboratorio Cassará había desarrollado la primera vacuna contra la Hepatitis B de origen nacional (AgB) con un costo para el paciente hasta 10 veces más accesible que la vacuna importada por las empresas multinacionales.
Tradicionalmente las vacunas se producen a partir del propio virus contra el cual buscan inmunizar. Con el uso de la ingeniería genética se elabora una proteína recombinante, que en este caso es el antígeno de superficie del virus B, y que es utilizada para el desarrollo de una vacuna mucho más segura. La tecnología de producción desarrollada a partir de este proceso es mucho más segura, más económica y ofrece menos riesgos al paciente.