El director de la escuela de buceo de la Asociación Cristiana de Jóvenes de la República Argentina (YMCA), Adrián Dionisio, obtuvo la máxima distinción mundial en buceo. El centro ostenta el record sudamericano de instructores formados e invita a bautismos gratuitos. Dionisio, que también guía inmersiones con tiburones en Temaikèn, habla del buceo como una alternativa con rápida salida laboral.
Dionisio alcanzó la máxima categoría mundial como instructor de buceo al ser distinguido por PADI internacional como director de cursos Platinum por 7 años consecutivos. Adrián Dionisio, quien dirige la escuela de Buceo de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), donde formó más de 7.000 alumnos y 5.200 instructores, cifra record en Sudamérica, invita a bautismos gratis en su pileta del microcentro porteño, en Reconquista 439. www.ymcabuceo.com.ar
“Hoy en Argentina lo que va para arriba son los descensos de buceo, en el país ya hay más de 50.000 buzos y cada más personas se suman a esta práctica, en la que desarrollan su conciencia ecológica mientras mejoran su salud y calidad de vida. Aprender a bucear suele disparar hábitos y facetas desconocidas de cada uno: viajes, desafíos y nuevos amigos crecen a partir de esta experiencia”, cuenta Dionisio, que también guía inmersiones con tiburones en Temaikèn.
“En tiempos en los que el trabajo es una cuestión sensible, ser instructor de buceo es una salida laboral rápida, no convencional, muy efectiva y con un título reconocido mundialmente. Profesionales de otras actividades encuentran un trabajo extra part time para vivir de un deporte que los apasiona y otros eligen un cambio que les permite una mejor calidad de vida y salir de las grandes ciudades”, relata Adrián. El curso da la formación para trabajar sin precisar años de universidad para recién después tener que acumular experiencia. El instructor se recibe capacitado para abrir un centro y dedicarse a la actividad.
Adrián Dionisio conoció el buceo en una bajada de bautismo a los 15 años en Buzios y nunca paró. En 1990, hace 26 años, tomó los cursos de una y dos estrellas dictados en la YMCA por Prefectura y se formó como buceador: “descubrí el mundo submarino y nunca más me largó”, cuenta. “A los pocos años comencé la carrera de medicina en la UBA y, llegado el momento de elegir entre esa digna carrera o hacer que la gente se divierta, el agua ganó la apuesta”.
En invierno de 1998, a los 23 años, se recibió de instructor; desde entonces más de 7.000 buceadores se formaron con él en Buenos Aires, Puerto Madryn, las Grutas, Córdoba, Mendoza, Chile, Uruguay, Brasil, Colombia, Venezuela, México y USA. En 2006 alcanzó el título de director de cursos (CD) PADI, la más alta categoría que un buceador profesional puede lograr. Desde ese momento dio formación en muchos países y fue consultor de más de 15 dive-centers (centros de buceo).
Obtuvo el nivel máximo de CD: PLATINUM level, por calidad de formación, cantidad y resultados, y lo revalidó 7 años seguidos. Todos sus alumnos aprobaron el curso de desarrollo de instructor PADI. “Muchas vidas cambiaron por la formación profesional que pude brindar, muchos son exitosos profesionales y dirigen centros por distintos rincones del mundo”, se alegra Dionisio, también distinguido CD Elite Instructor 2013, 2014, 2015 y 2016. «Mi mayor logro es transformar la vida de la gente en algo mejor y que cumplan sus deseos de ser instructores y dedicarse a lo que aman, como yo”, resalta.
La escuela de buceo del YMCA, que certifica a 200 niveles de buceador por año, es el único divecenter PADI cinco estrellas en Buenos Aires reconocido por PADI Internacional y en Sudamérica el único con un CD platinum y el que más instructores formó. Los cursos PADI tienen un mínimo de 10 horas de agua, pero en YMCA Buceo “damos al menos 6 clases de 2 horas de agua superando la practica recomendada por PADI internacional, nuestro lema es: el curso finaliza cuando aprendiste a bucear con seguridad, no antes”, explica Dionisio.
Los cursos son personalizados, con un máximo 5 alumnos, y se provee todo el equipo. Se dicta el inicial para certificar como buceador deportivo (Open Water Diver) y el Advanced Open Water, para conocer más sobre actividades específicas: Rescue Diver, para atender y administrar una emergencia, y se destacan especialidades como Naufragios, Profundo, Búsqueda y recuperación, Traje seco, Nocturno, Buceo en corrientes, Montaje lateral (side mounth), nitrox, y es el único centro que dicta las especialidad de snorkeling con lobo marino, buceo con ballena franca austral y buceador ambientalista Temaikèn.
Se utilizan equipos de buceo nuevos (2016), un aula multimedia con equipo de última generación visual y de audio, y enseña un staff profesional con la mejor formación del país. Es la única escuela de buceo argentina con revisión médica propia, en el gabinete médico YMCA, se usa aire respirable único en nuestro país con certificado de calidad en USA, y hay una piscina climatizada propia exclusiva para buceo con vestuario calefaccionado al lado.
En los últimos 16 años en la escuela del YMCA participaron más de 7.000 personas, y acumula 14.000 horas de clase dictadas por Adrián y otros profesores YMCA. Asimismo, más de 5.200 profesionales han hecho carrera por PADI para dedicarse a esta actividad aquí y en el mundo.
Todas las semanas comienza el curso Open Water Diver en horario post laboral en el microcentro, hay cursos personalizados en horarios que se acuerdan para Divemaster, el curso de instructor se dicta una vez por mes con inicio los días 15, el de flotabilidad una vez cada dos meses, y el primer jueves de cada mes se realizan bautismos de buceo gratuitos.
Adrián Dionisio también es el creador y director del programa acuático “Buceador Ambientalista”, que se realiza en el Acuario del Bioparque de Fundación Temaikèn y permite bucear entre tiburones moteados y rayas gigantes en un ambiente con la mejor visibilidad, adaptado al ecosistema marino argentino, junto a sargos, meros, chuchos, corvinas negras y rubias, lenguados y besugos. Está dirigido a buceadores deportivos, que así pueden vivir la experiencia de nadar entre los escualos en pleno Escobar.