Por el Dr. Fernando Lamas, MN° 82404 Red de Pediatras “Niños sanos, niños felices”.
Cuando un bebé llega al mundo los primeros meses de vida son fundamentales para la construcción del vínculo con su madre, la adquisición de hábitos saludables y el fortalecimiento de sus órganos. En tal sentido la lactancia materna juega un rol fundamental. Por eso es importante concientizar acerca de los beneficios de la leche materna y los derechos de las madres y sus bebés en un momento tan importante de sus vidas.
La leche materna es considerada el alimento ideal para los primeros meses de vida ya que ofrece nutrientes que favorecen el crecimiento saludable e incluso disminuye los riesgos de contraer ciertas enfermedades o infecciones. Tan beneficiosa es su ingesta que para analizar el crecimiento de un niño se toma como parámetro la curva de crecimiento del que es alimentado a pecho.
El primer año de vida es el de mayor crecimiento durante la infancia. En líneas generales el niño crece alrededor de 20 cm. el primer año. Además los órganos comienzan a madurar, con lo cual crece la demanda de nutrientes. Por eso resulta importante que, siempre que sea posible, el niño reciba durante los primeros seis meses lactancia materna exclusiva(recibe vitamina D como complemento y en los casos de dietas insuficientes recibe sulfato ferroso o hierro polimaltosato como profilaxis de la anemia fisiológica del recién nacido) y luego incorpore alimentos adicionales que refuercen los nutrientes y hierro que necesita para crecer sano. De todas formas es preciso consultar con los pediatras puesto que cada niño puede necesitar cuidados o indicaciones especiales.
También el amamantar propicia un vínculo entre la madre y el hijo que algunos estudiosos creen puede impactar positivamente en la autoestima e independencia del niño. Además hay evidencia de que existe una relación entre la lactancia y el desarrollo intelectual y cognitivo del niño. Pero la lactancia no es sólo beneficiosa para el bebé, lo es también para la madre. Investigaciones al respecto ponen de manifiesto que las mujeres que dan el pecho recuperan más rápido su peso, tienen una remineralización ósea más rápida e incluso en la etapa postmenopáusica ayuda a disminuir la frecuencia de fracturas de cadera al mismo tiempo que reduce el índice de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, hiperlipidemias y diabetes.
Otro aspecto importante es la atención sanitaria y su influencia en el crecimiento infantil. El rol del profesional sanitario es fundamental ya que es quien debe promocionar la lactancia, mediar entre las madres y sus bebés y enseñar cómo dar el pecho. En este sentido es fundamental que los padres tengan en claro qué deben esperar de los centros médicos, clínicas u hospitales y de los profesionales sanitarios. Conocer en qué medida deben ayudarlos les permitirá estar atentos a recibir todas las indicaciones y recomendaciones necesarias para saber cómo actuar cuando la familia vuelva a su casa y ya no cuente con el acompañamiento de los profesionales.
Al respecto debemos tener en cuenta que todos los servicios de maternidad y atención a los recién nacidos deben disponer de una política por escrito acerca la lactancia natural, la misma debe estar disponible y bajo conocimiento de todo el personal de atención sanitaria. Sobre el personal sanitario, sus responsabilidades son:
- Informar a las embarazadas sobre los beneficios de la lactancia natural.
- Fomentar la lactancia a demanda.
- Enseñar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia si deben separarse de sus hijos.
- Ayudar a iniciar la lactancia durante la primera hora posterior al nacimiento.
- Explicar a las madres que existen Grupos de Apoyo y aconsejarles ponerse en contacto una vez que se retiren del hospital.