«Queremos abarcar el fenómeno de las huertas urbanas con una mirada antropológica, que vincule las ciencias sociales con las naturales, no sólo en la práctica sino también en la reflexión», dijo Nela Gallardo, una de las coordinadoras del Programa de Extensión Universitaria en Huertas Escolares y Comunitarias (PEUHEC), de la FAUBA, que llevará adelante esta experiencia junto al Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC), de Filosofía y Letras.
El proyecto de extensión interfacultades fue presentado en la quinta convocatoria del «Programa de Extensión Universitaria UBANEX – Malvinas Argentinas» dentro del ámbito de la Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.
Con sus 15 años de vida, PEUHEC es el programa de extensión más antiguo de la FAUBA. Hoy reúne a 25 participantes, entre docentes, estudiantes y graduados, para llevar adelante huertas urbanas junto a distintas organizaciones sociales en centros culturales, hospitales y escuelas publicas.
«Tenemos una mirada particular sobre las huertas. Además de brindar alimento, consideramos que pueden ser herramientas educativas o un laboratorio vivo, cuando trabajamos en una escuela, o simplemente un espacio verde para disfrutar. También sirven para curar, cuando trabajamos en un hospital, y aprovechamos sus efectos terapéuticos. E incluso pueden representar lugares de resistencia ante el avance del cemento, en las plazas, por ejemplo», dijo Julieta Monzón, otra de las coordinadoras del PEHUEC.
Desde el CIDAC, Carina Giraudo aseguró que la iniciativa representa un desafío. «Si bien desde Filosofía y Letras desarrollamos otros proyectos de voluntariado universitario con el Ministerio de Educación de la Nación y a partir de programas financiados por la UBA, mediante UBANEX, hasta ahora no habíamos trabajado en un proyecto con otra facultad», advirtió.
El punto de partida para poner en marcha este proyecto que reúne a las dos facultades de la UBA será la realización de una huerta escuela en un sector del predio de dos hectáreas que posee el CIDAC en el barrio porteño de Barracas. Luego se prevé fortalecer otras huertas comunitarias que ya están funcionando en la zona desde hace muchos años.
El CIDAC fue creado en 2008 por un grupo de profesores, graduados y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. Actualmente cuenta con más de 20 equipos de trabajo distribuidos en Barracas y otros barrios de la Comuna 4 de la Ciudad de Buenos Aires, que abarcan áreas como la economía social, la educación para el trabajo, el trabajo infantil, migraciones, territorio y comunidad y salud mental, entre otros aspectos.
Según Graciela Corbato, de la coordinación del CIDAC, la necesidad de tener un espacio comunitario de huertas surgió del relevamiento que llevaron a cabo estos equipos de trabajo, sobre las problemáticas y demandas existentes, vinculadas con la falta de espacio y el crecimiento de la construcción, y se fortaleció durante las reuniones del CIDAC que se realizaron en Barracas, donde los vecinos acercaron sus experiencias y sus inquietudes.
«Las huertas comunitarias pueden ser ventanas de observación para entender qué esta pasando en la ciudad», sostuvo Gallardo, y agregó: «Allí se congregan personas de diferentes lugares. Muchos de ellos vienen a la ciudad a buscar trabajo y traen sus costumbres vinculadas al campo. Las huertas tienen un significado mucho mayor porque los reconecta con esas raíces», concluyó Gallardo.